España impulsa en la ONU una segunda edición de la Conferencia de Madrid
En 1991, la Conferencia de Paz de Madrid supuso el primer paso de acercamiento entre palestinos e israelíes. El primer apretón de manos, el primer reconocimiento del adversario, el inicio de más de 20 años de negociaciones. Hoy, con más de 50 palestinos y una decena de israelíes muertos en una nueva revuelta violenta, España ha decidido impulsar en Naciones Unidas una segunda edición de la Conferencia de Madrid, que en 1991 sentó las bases para una solución en el conflicto, teniendo en cuenta la situación de "extrema gravedad" que se vive ahora.
"Tengo la sensación de que el tiempo se está agotando", afirmó esta madrugada el ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, tras la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU que acababa de liderar. España tiene la presidencia temporal de dicho órgano.
El ministro señaló que la idea es que en esa reedición de la Conferencia de Madrid, aún sin fecha definida, se reúnan todas las partes "para poner encima de la mesa los problemas y hacer el diagnóstico". Hay que "llegar a una hoja de ruta compartida por toda la comunidad internacional y seguida por las dos partes que tienen que dialogar", insistió.
EL PRIMER PASO
La Conferencia de Madrid sentó por primera vez en una misma mesa a israelíes y palestinos en un diálogo que permitió comenzar a hablar de un proceso de paz entre las dos partes.
En ese encuentro, presidido por Felipe González, se concretó el principio de "paz por territorios" contemplado en las resoluciones 242 y 338 de la ONU, y clave en las negociaciones posteriores. Los palestinos debieron acudir integrados en la delegación de Jordania al no reconocerles Israel entidad política propia.
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García-Margallo planteó ante la reunión del Consejo de Seguridad la idea de convocar una Conferencia de Madrid-2 con el fin de facilitar el diálogo directo entre las partes y establecer una "arquitectura internacional" hacia la solución de dos estados. "Ha llegado la hora para que nos juntemos todos con el espíritu de la Conferencia de Madrid", insistió el ministro español.
Y ello porque, como se destacó en la reunión del Consejo de Seguridad, la situación en Oriente Medio "presenta rasgos de extrema gravedad", no sólo por la extensión del extremismo islámico sino por los choques entre palestinos e israelíes.
¿TERCERA INTIFADA? ¿OTRO ATAQUE SOBRE GAZA?
García-Margallo dijo que en el Consejo se coincidió en esa preocupación y algunos países, agregó, expresaron su temor de que se esté en vísperas de una tercera intifada palestina, "e incluso en un conflicto en la franja de Gaza".
También se expresó el peligro de que, en medio de la ola de violencia en Jerusalén y en Cisjordania, el Estado Islámico (EI) "pueda tener un papel relevante en Palestina" si no se llega a una "solución urgente" para evitar una escalada de la violencia.
El representante español también defendió la idea de convocar a una conferencia de líderes religiosos, probablemente en Madrid, para que participen líderes judíos, cristianos y musulmanes con el fin de "apaciguar la ola de violencia".
OFENSIVA DIPLOMÁTICA
El planteamiento de una segunda edición de la Conferencia de Madrid surge después de las conversaciones que ha mantenido en Israel y Cisjordania el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un intento por apaciguar la situación en esa región.
Ese mismo propósito tiene el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, quien se ha reunido en Berlín con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y mañana sábado se entrevistará con el presidente palestino, Mahmud Abás, y con el rey Abdalá de Jordania.
Durante la reunión de hoy del Consejo de Seguridad, el ministro palestino de Exteriores, Riad al Malki, criticó a ese órgano de la ONU por estar "paralizado" en la búsqueda de una solución al conflicto entre israelíes y palestinos.
En su rueda de prensa, García-Margallo reconoció que existe un "sentimiento de frustración" compartido por la comunidad internacional, entre otras razones porque no avanza la solución de dos estados.
Esa falta de avances, agregó, "está debilitando a las partes moderadas", mientras se aprovechan las opciones más radicales.