Cine 'Do it yourself' o cómo sacar adelante una película sin financiación
No hay obstáculo pequeño, ni siquiera cuando se trata de hacer una película y ese obstáculo es la falta de dinero o financiación.
Eso pensaron en 2003 Antonio Campos, Josh Mond y Sean Durkin, tres amigos de Brooklyn que decidieron sacar adelante su sueño cinematográfico y para ello crearon Borderline Films. Los tres miembros de este colectivo, que se conocieron en la escuela de cine, ruedan películas de bajo coste (ninguna supera el medio millón de dólares, 450.000 euros) ruedan películas apoyándose los unos a los otros. Cuando uno dirige, otro escribe el guión y el tercero actúa como productor de la cinta.
Con este sistema de rotación, han logrado en apenas diez años construir una filmografía común con identidad propia y revolucionar en más de un sentido el cine independiente. Martha, Marcy, May Marlene (2011), Simon Killer (2012), y ahora James White son títulos intimistas, bastante oscuros y con una especial marca de la casa Borderline.
"Al principio nos costaba mucho encontrar financiación para nuestros proyectos. De repente nos encontrábamos en despachos ante productores que no tenían nada en común con nosotros, así que preferíamos dejar pasar la oportunidad hasta encontrar un modo de poder rodar a nuestra manera", cuenta Mond a El Huffington Post tras proyectar James White en el Festival de Cine de Locarno (Suiza).
Con el éxito de sus primeros largometrajes y sus proyectos en corto lograron atraer a inversores con los que compartir una visión común. El último empujón se lo dan sus fans con plataformas como el sitio web de financiación en masa Kickstarter. Así ha ocurrido con su nueva película, protagonizada por Christopher Abbott (Girls) y Cynthia Nixon (Sexo en Nueva York). Los seguidores de este colectivo recaudaron 63.000 dólares (56.900 euros) para que el trabajo saliese adelante.
ABARATAR LOS COSTES
Mucha menos inversión que las producciones de Borderline Films supuso producir Costa da Morte, el largometraje documental de Lois Patiño que se presentó en el Festival de Locarno en 2013. Ganador de quince premios internacionales, el trabajo costó solo 25.000 euros y contó con la ayuda financiera de Agadic (Cinemas de Galicia).
"Quizá no podamos hablar de una tendencia cinematográfica en sí misma, pero es verdad que cada vez es más común encontrar este tipo de producciones. Las nuevas tecnologías han permitido abaratar los costes y por tanto que alguien de una manera muy íntima pueda contar una historia. Proyectos que antes serían de muy difícil financiación ahora son posibles", comentaba a El HuffPost hace unos días el director gallego a su paso por el certamen de cine suizo.
Desde que ganara en 2013 el premio al mejor director en la sección Cineastas del presente, se ha convertido en un habitual del prestigioso certamen europeo. En 2014 acudió como miembro del jurado y a esta edición ha ido a proyectar sus dos nuevos cortometrajes: Noche sin distancia y Estratos de la imagen.
Como Patiño apunta, esta forma de hacer cine no es exclusiva de nuevos creadores. "Sin ir más lejos, José Luis Guerín, que también está en Locarno, ha hecho con anterioridad películas con presupuestos más grandes y acaba de presentar una cinta tan solo hecha con su cámara, una buena idea y talento", recuerda. Se refiere a La Academia de las musas, la nueva cinta de uno de los grandes nombres del cine de autor europeo. El propio cineasta confirmaba tras la presentación de la película que rodar con escasos medios en los tiempos actuales significó en cierto modo "un gesto político".
El debutante Trey Edward Shults ha triunfado en festivales internacionales como el estadounidense South By Southwest (SXSW) y Cannes tras la proyección de Krisha, financiada en parte a través de crowdfunding. Este drama claustrofóbico que explora los intentos de una mujer alcohólica por conectar de nuevo con los suyos se rodó en apenas unas semanas en el hogar familiar del director y con él mismo, su madre y su tía y el resto de sus amigos como protagonistas.
En el certamen francés nos contaba que rodar en casa era, además de una alivio para la financiación del proyecto, la mejor forma de poder experimentar con la cámara, en un ambiente amable y que conocía a la perfección.
¿CÓMO LLEGAR AL ESPECTADOR?
Una vez rodada la película es necesaria una forma de llegar al público. El proceso Do it yourself (Hazlo tú mismo) también ha llegado a esta fase de la cadena de producción cinematográfica y lo ha hecho además con socios poderosos. El gigante online Amazon, que vende DVDs entre otros muchos productos multimedia, ya contempla este tipo de cine entre su oferta y ha lanzado CreateSpace para la autopublicación de artistas.
Esta plataforma permite a los cineastas independientes subir sus trabajos al servicio Amazon Instant Video para que los usuarios compren o alquilen el archivo digital en alta calidad. Los ingresos se reparten al 50 por ciento entre el director y la tienda digital.
Otra opción es Vimeo on Demand. Se trata de una plataforma abierta que permite vender la película de forma directa al espectador, con todas las facilidades técnicas del servicio habitual de Vimeo al alcance del artista, que además en este caso puede lograr hasta el 93% de los ingresos. Las películas se adaptan al formato adecuado para poder verse en ordenadores, tablets, televisores conectados a internet y smartphones. La compañía tiene tanta fe en este nuevo modelo de distribución para cineastas que en 2014 invirtió diez millones de dólares (9 millones de euros). De nuevo el festival SXSW fue el lugar donde se dio a conocer esta iniciativa.