"La visita del rey al Parlamento Europeo nos coloca en una posición muy difícil. Nosotros solicitamos un encuentro con el jefe del Estado, ¿cómo no vamos a hablar nosotros con el jefe del Estado? Nosotros, como el resto de fuerzas políticas. La Casa Real dice, no, no, no, no, no. Después de las elecciones, como mucho. Pero vamos al Parlamento Europeo y allí a lo mejor tienes que saludar al jefe del Estado, pero colocado como uno más de todos los eurodiputados.
Había dos opciones: la opción de la izquierda, la cabeza como un avestruz en un agujero, no estamos aquí aunque somos 15, pero no vamos a estar aquí, no vamos a hacerle el juego al jefe del Estado. Si nosotros hacemos eso, inmediatamente nos colocan como 'estos no pueden gobernar. Esta gente que son incapaces de participar en un acto institucional, forman parte de los márgenes del sistema, son testimoniales'.
Opción B: saludamos como todos los demás y entonces nos convertimos en la casta, somos los que aparecemos en la foto con todo el resto de partidos políticos, ya les han coptado. Al final, nos tuvimos que inventar una tercera vía que es como, sí que estamos pero nos saltamos el protocolo y nos inventamos pues la cosa de Juego de Tronos para construir un debate que, de alguna manera, incomode y nos dé el protagonismo de decir, oye, estamos en la foto pero no hemos dejado de mantener ese estilo plebeyo que nos caracteriza".