El crepúsculo de Rato

El crepúsculo de Rato

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La detención de Rodrigo Rato este jueves por la tarde ha provocado un auténtico shock en el Gobierno y en el PP, para quienes representaba el mito del 'milagro económico español'. El crepúsculo de uno de sus dioses. Mientras la oposición se ha lanzado a pedir explicaciones y la dimisión del actual ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que fue uno de los alumnos aventajados del exvicepresidente económico.

El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha abandonado su despacho sobre la medianoche cuatro horas después de que comenzara el registro por parte de los agentes de la Agencia Tributaria y de Aduanas, que han sacado una veintena de cajas con documentación.

El exministro de Economía ha quedado en libertad después de que la Fiscalía de Madrid pidiera al juez de instrucción número 35 de Madrid que levantara su detención al concluir los registros, por lo que Rato no tendrá que pasar a disposición judicial tras ser detenido por la tarde en su domicilio. Según fuentes próximas a la investigación, el juez le citará a declarar, si así lo considera conveniente, según vaya avanzando su investigación.

Poco antes de las 17.00 horas de la tarde, funcionarios de la Agencia Tributaria y de Aduanas iniciaron un registro en el domicilio de Rodrigo Rato en el céntrico barrio de Salamanca en Madrid, que finalizó pasadas las 20.15 horas con la salida del exbanquero, detenido y escoltado por agentes. Rodrigo Rato fue trasladado en un vehículo a su despacho, muy próximo a su vivienda, con el fin de que los agentes de Hacienda pudieran proceder a un siguiente inspección, y donde un nutrido grupo de periodistas y de curiosos aguardaban la salida del expresidente de Bankia, que se ha producido a las 0:18 horas.

Los registros habían sido ordenados por el Juzgado de Instrucción número 35 de Madrid con carácter "inmediato" tras admitir a trámite una denuncia de la Fiscalía de Madrid contra Rato y contra otras personas por presuntos delitos de fraude, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes. El exministro ha declarado a Efe quetiene "confianza en la Justicia" y que ha "colaborado activamente" con los funcionarios de Aduanas.

EL GOBIERNO NO SE PRONUNCIA Y SE LIMITA AL "RESPETO"

El Gobierno no ha querido hacer comentarios adicionales sobre la detención del exvicepresidente desde que se conoció la noticia, no ha salido en su defensa y ha insistido a lo largo del jueves, como señaló al conocerse el registro de su domicilio, que esta investigación demuestra que la ley es igual para todos y que el sistema de Derecho funciona.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ha dado por supuesto que la detención de Rodrigo Rato forma parte de "las actuaciones del juez instructor" y ha reiterado su "máximo respeto" a la actuación judicial.

También el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y portavoz adjunto del Gobierno, José Luis Ayllón, ha recordado que "en el momento que hay un asunto en manos de las autoridades judiciales, son ellas las que toman las decisiones y no el Ejecutivo. "No puedo decir nada más", ha agregado.

Respeto a las decisiones judiciales es lo que ha expresado también el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, quien no obstante ha reconocido que la detención de quien fuera responsable económico de los Gobiernos de José María Aznar es "una sorpresa para todos".

LA OPOSICIÓN PIDE EXPLICACIONES

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha pedido la dimisión del ministro de Hacienda y ha asegurado que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene que dar explicaciones sobre este asunto. Precisamente, el grupo parlamentario socialista ha pedido la solicitud de comparecencia urgente en la Comisión de Hacienda del ministro Montoro para informar de la regularización fiscal y del caso de Rodrigo Rato.

Además, el director general de la Agencia Tributaria, Santiago Menéndez, comparecerá el próximo martes en el Congreso para informar sobre la lucha contra el fraude fiscal, decisión que se ha adoptado tras conocerse la actuación judicial contra el exministro.

Desde el PP, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, ha asegurado que la investigación abierta a Rato demuestra que para el Gobierno "no hay excepciones" a la hora de exigir y de velar por el cumplimiento de la ley de cualquier ciudadano.

Mientras, la líder de UPyD, Rosa Díez, ha incidido en que si alguien cree que todo se va a arreglar haciendo del exvicepresidente del Gobierno un "chivo expiatorio" se equivoca porque va a salir "todo el rebaño".

El candidato de IU a la Presidencia del Gobierno, Alberto Garzón, se ha mostrado convencido de que, tras el arresto de Rato, "todavía queda mucho por salir" y que el PP "debería estar preocupado de que se esté convirtiendo en tendencia la detención" de sus dirigentes.

LA CAÍDA DEL GRAN ECONOMISTA

Y esta detención ha supuesto el ocaso de Rodrigo Rato, el político que pudo ser presidente del Gobierno de España y que ha sido el español que ha desempeñado el puesto económico más relevante en la esfera internacional. Atrás quedan los años felices en los que, como director gerente del Fondo Monetario Internacional, organizaba la política monetaria mundial y su triunfal regreso a España para hacerse cargo después de la presidencia de Caja Madrid, la formación de Bankia y su salida a Bolsa.

Ha sido precisamente esta entidad la que le ha puesto en los últimos casi tres años bajo la lupa de la Justicia.

Desde hace unos meses Rato ha sentido más cerca que nunca su aliento: tras las tarjetas opacas, la puntilla final a su figura llega por una investigación por supuesto blanqueo tras haberse beneficiado de la amnistía fiscal diseñada por sus propios compañeros de filas.

El escándalo de las black, desatado el pasado otoño, dejaban muy tocado al que fuera vicepresidente económico del Gobierno de José María Aznar y, aunque el asunto está aún en fase de investigación, sufría su primera condena por parte de la sociedad.

Y es que la ciudadanía no pudo perdonar que, en plena crisis económica, el que fuera ministro de Economía tirara de una tarjeta opaca a Hacienda para desembolsar miles de euros en tiendas de arte sacro, locales de ocio nocturno o en tiendas de bebidas alcohólicas.

A la condena social se le unía la de su propio partido, que durante años le tuvo como el símbolo y adalid de la recuperación económica, y por la que Rato se vio obligado a pedir la suspensión temporal de su militancia.

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