Oblak mantiene vivo al Atlético ante el Madrid (0-0)
Se prometía intenso y lo fue, pero poco más. El derbi entre Atlético y Real Madrid de cuartos de Champions dio para una primera mitad dominada por los blancos y para ver cierto ímpetu en los locales. No lo suficiente para romper el resultado inicial en el luminoso, gracias, sobre todo, a la sobresaliente actuación del portero rojiblanco Oblak, héroe ante su parroquia.
El Madrid olvidó la humillante derrota sufrida esta temporada en el Manzanares (4-0 en Liga) y salió al césped con la autoridad demostrada en los últimos partidos. Ante un rival sorprendentemente acogotado en su área, los blancos gozaron de las mejores ocasiones antes del descanso y a punto estuvieron de enviar el balón a la red de no ser por el muro que supuso Oblak.
El portero atlético despejó una gran ocasión de Bale (quizás, la más clara de todo el encuentro) al poco de iniciarse el partido. El galés se encontró con un regalo de la defensa rival y se plantó ante el cancerbero, que tiró de reflejos para sacar una mano providencial a su derecha.
Era el primero de los diversos avisos que dieron los blancos. Los más claros llegaron en las botas de James, quien se inventó un gran chut con el exterior del pie derecho ajustado al palo zurdo de Oblak. Pero la estirada de éste evitó males mayores para su equipo, que poco se había lucido hasta entonces.
No aparecía Arda y el Atlético era un equipo sin mordiente, más allá de lo que peleaban arriba Mandzukic y Griezmann. Algún balón colgado al área bien contenido por la defensa del Madrid, capitaneada esta noche por un soberbio Varane, que se inventó una carrera colosal que a punto estuvo de suponer el tanto madridista. Pero el disparo final de James volvió a toparse con el guante salvador de Oblak.
Tras el descanso, el partido bajó en fútbol y subió en choque. Perdió el espectáculo y ganaron las vísceras, sobre todo cuando el codo de Sergio Ramos, involuntariamente o no, impactó sobre la ceja de Mandzukic, que se marchó del campo sangrando y protestando.
Entonces el partido se tornó bronco, con más llegadas del Atlético, que se acercaba al área de Casillas sin un patrón claro, simplemente a tirones. En una de esas, cuando el partido agonizaba, los de Simeone estuvieron cerca de marcar, gracias a un acrobático remate de Mario Suárez (que se perderá junto con Marcelo la vuelta en el Bernabéu), bien atajado por Casillas.
Todo quedará para Chamartín, donde esperemos ver un mejor espectáculo, aunque igual de intenso.