Una propina de risa
Durante años, Brian Maixner, camarero del Doo-Dah Diner de Wichita, Kansas, tuvo una sonrisa imposible. Dientes perdidos, caries por todas partes, color negro en las encías... Era un problema de salud para él, pero también de imagen para el restaurante.
Pero, tal y como informa el canal KWCH12, la vida de este padre soltero cambió cuando conoció a Fred Boettcher. Este abogado, fascinado por el optimismo a la amabilidad de su camarero, decidió dejar una propina algo más grande de lo habitual: 25.000 dólares para que se arreglara la boca.
Maixner lloraba de la emoción, no se lo podía creer. Tras dos meses de tratamiento tiene una dentadura blanca y perfecta. Ahora es el rey de su muro de Facebook.
Boettcher ha declarado que su decisión se debe a que vio en él algo especial. "Se movía con tanta amabilidad y sonreía con tanta confianza a pesar de tener esa boca... Me parecía doloroso".