Zapatero elude el enfrentamiento con Margallo por su viaje a Cuba
No quiere problemas. El expresidente español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, eludió alimentar la polémica sobre su visita a Cuba, criticada por el Ejecutivo, y expresó su disposición a informar del contenido de su viaje, además de subrayar su voluntad de "sumar" y trabajar "por el interés de España".
El expresidente llegó a Cuba el pasado martes junto con Miguel Ángel Moratinos, ministro de Exteriores entre 2004 y 2010, durante los gobiernos del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Zapatero; y ambos se entrevistaron ayer con Castro y el canciller cubano, Bruno Rodríguez.
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LA LLAMADA DE MARGALLO A MORATINOS
El viaje a Cuba y esos encuentros con autoridades de la isla ha suscitado las críticas del Ejecutivo español, en concreto del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, quien considera el viaje de los dos políticos socialistas "desleal" e "inoportuno". García-Margallo mantuvo una conversación telefónica con Moratinos, según el propio exministro.
Preguntado por esas críticas, Zapatero, que nunca visitó Cuba como presidente, evitó polemizar y subrayó que siempre ha tratado "cumplir fielmente" con los intereses del Estado.
"Es una norma que practico siempre, no voy a entrar en ninguna polémica con el señor Margallo y menos aquí, fuera de España. No lo hacía cuando era presidente y no lo voy a hacer ahora", indicó.
MARGALLO NO FUE RECIBIDO
García-Margallo visitó Cuba en noviembre del año pasado, en su primer viaje oficial a la isla desde que asumiera el cargo, pero en esa ocasión no fue recibido por el presidente Raúl Castro, sino por el vicepresidente Miguel Díaz-Canel.
Fue la primera visita a Cuba de un jefe de la diplomacia española desde julio de 2010, cuando viajó Moratinos para apoyar el proceso de diálogo abierto entre Raúl Castro y la jerarquía de la Iglesia Católica, que propició un proceso de excarcelación de presos políticos que culminó en 2011, muchos de los cuales viven en la actualidad en España.
En su encuentro con Raúl Castro, Zapatero señaló que abordaron el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos y abogó públicamente por la retirada de la isla de la lista de países patrocinadores del terrorismo, una de las principales demandas del gobierno cubano en ese proceso "trascendental" iniciado el pasado 17 de diciembre.
El expresidente calificó de "conveniente y razonable" la salida de Cuba de esa lista, ya que, según contó, su Gobierno (2004-2011) recibió la colaboración de la isla en el fin de la violencia de la banda terrorista ETA, aunque no dio detalles sobre cómo se concretó esa ayuda.
"Aporto mi testimonio (...) Cuando estábamos en el proceso que terminó con la renuncia a la violencia de ETA el 20 de octubre de 2011, todos los países a los que pedimos apoyo, nos lo dieron y entre ellos Cuba", indicó.
ETARRAS EN CUBA
Estados Unidos incluyó en 1982 a Cuba en esa lista por proporcionar refugio a miembros de bandas como ETA o las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o el Ejército de Liberación Nacional colombiano (ELN).
Varias decenas de antiguos militantes de ETA han vivido en Cuba desde mediados de los años 80, tras la política de deportaciones de etarras detenidos en Francia, negociada entre el entonces presidente del Gobierno español, Felipe González, y el Ejecutivo de París.
Zapatero también se refirió a la tercera ronda de diálogo que Cuba y la Unión Europea (UE) mantendrán la próxima semana para lograr un acuerdo político y de cooperación, y poner fin a la llamada "posición común" del bloque, que condiciona el diálogo con al isla a cambios en materia de derechos humanos y libertades.
Zapatero deseó que esa ronda, el 4 y 5 de marzo en La Habana, culmine con un acuerdo en este sentido y consideró que la negociación entre Cuba y Estados Unidos para normalizar relaciones "va a ayudar" a ese propósito.
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