Qué dice la ciencia de la lotería: jugadores consumistas, perfil del ganador, un impuesto regresivo...
Seguro que el día 22 estarás delante de la tele, como el 87% de la población, para saber si eres uno de los afortunados. En Navidad, España sueña con la lotería.
Pero ¿por qué seguimos comprando un boleto que casi seguro perderemos? Diversos estudios han analizado las características de los que juegan y los que ganan. ¿Quieres saber si la ciencia puede predecir el número que saldrá?
1. JUGAMOS POR TRADICIÓN E ILUSIÓN MÁS QUE POR EL PREMIO
La mayoría de los que compran lotería en Navidad lo hacen por la ilusión y la tradición, aunque cerca de un 44% participa en algún décimo por compromiso.
La tradición de las participaciones en cada número coloca a España a la cabeza de Europa en consumo de lotería per cápita: cerca de 100 euros, cuando la media del continente ronda los 70. Como dice el sociólogo Roberto Garvía, "España es el único país de la OCDE que gasta más en lotería que en I+D+i".
2. INCREMENTA EL CONSUMISMO Y DEBILITA EL AUTOCONTROL
El hecho de tener un boleto hace que nos desinhibamos. En un estudio para la revista Journal of Consumer Research, el surcoreano Hyeong Min Kim reunió a 150 personas; a algunas de ellas les dio lotería y a otras no, y descubrió que optar a un bote dispara el consumismo.
Los sujetos hablaron de preferencias al comprar ante un bol de M&Ms. Los que tenían lotería comieron más que el resto, prefirieron descuentos instantáneos a otros de mayor cantidad pero que no llegarían en tres semanas y gastarían el bote, si les tocara, en bienes materiales. Satisfacción inmediata y consumismo.
La teoría es que, al entrar en un puesto de loterías, nuestra mente recibe un torrente de pensamientos gratificantes centrados en cosas que podríamos adquirir con el premio, una forma de pensar que desplaza a la prudencia y pensamientos abstractos.
3. FANTASEAR ES IGUAL QUE GANAR
Pero es aún peor. Imaginar lo que haríamos con el premio activa las mismas áreas del cerebro que ganarlo. Y éstas se relacionan también con las de tomar decisiones, motivarse y emocionarse, según un estudio de Daniel Levine, profesor de Psicología en la Universidad de Texas.
4. NO ES UNA INVERSIÓN, ES UN JUEGO...QUE NO COMPRENDEMOS
La lotería sigue la lógica opuesta a la ciencia económica (poco riesgo de gran rentabilidad). La probabilidad de perder es muy alta. Por ello, los científicos aventuran que los que juegan siguen un impulso lúdico y no lo ven como una inversión. Y se lanzan a ello porque nuestro cerebro no es capaz de comprender las pequeñísimas posibilidades de ganar que existen.
"No hay nada en nuestra evolución que nos haya preparado para ello, ninguna necesidad para haber desarrollado la capacidad de comprender esas cifras", afirma Robert Williams, profesor de Ciencias de la Salud en la Universidad de Lethbridge (Alberta). Paradójicamente, las probabilidades de ganar son tan pequeñas que dejan de importar al jugador.
"Es diversión. Por una pequeña cantidad de dinero puedes pasarte horas o incluso varios días imaginando que harías con varios millones", sostiene Rebecca Paul Hargrove, fundadora de varias loterías estatales en EEUU.
Aquí puedes calcular la probabilidad de que ganes la lotería. ¿Eres capaz de comprenderla?
5. LA "ENVIDIA PREVENTIVA"
Otra de las razones por las que compramos lotería es para evitar que todos alrededor ganen y tú no, lo que el sociólogo José Antonio Gómez Yáñez llama "envidia preventiva". Este profesor de la Universidad Carlos III de Madrid ha descubierto en sus últimos estudios que cerca del 44% de los que compran lotería de Navidad preferirían no hacerlo.
Otros estudios han hallado relación entre el deseo de pertenencia a la comunidad y la compra de lotería, una forma de socialización porque es algo que hacen todos. Y, desde que estalló la crisis y el mundo se ha hecho más complejo, la sensación de que no controlamos nuestro destino también despierta el deseo de soñar.
6. UN IMPUESTO REGRESIVO
Muchos estudios han llegado a la conclusión de que los pobres gastan mucho más en lotería que los ricos. No sólo juegan más sino que el dinero que gastan representa un mayor porcentaje de sus pequeños ingresos. La sensación de pobreza, especialmente comparado con lo que se percibe normal en sociedad, genera infelicidad con la situación actual y deseo de cambiarla.
"Actúa como una forma de compensación y de liberar la tensión que despierta la desigualdad social y la sensación de carencia", señala un estudio del Instituto Max Planck de Alemania. Los pobres compran esperanza y se convencen con la sensación de que juegan en un terreno neutral en el que ricos y pobres tienen las mismas posibilidades de ganar.
Por eso algunos expertos consideran la lotería un impuesto regresivo que quita más dinero a los más pobres. La crisis sólo ha provocado que juguemos más porque, cuando la gente lo pasa mal, "se alimenta de ilusiones".
7. EL 00000 TIENE TANTAS POSIBILIDADES DE SALIR COMO...
"Desde el punto de vista matemático, jugar a la lotería es una ruina", asegura Jorge Elorza, profesor de Física y Matemática Aplicada de la Universidad de Navarra. Afirma que todo da igual: que la terminación del sorteo que más veces ha salido sea 5 es puro azar y hay las mismas posibilidades de ganar con cualquier otro número.
Da igual en que comunidad autónoma se compre el décimo, en qué administración, o qué número se juegue. A pesar de ello, el matemático brasileño Renato Gianella asegura que no todos los números tienen las mismas posibilidades de salir y que se pueden predecir, siguiendo ciertos patrones de la Ley de los grandes números.
8. GANAR TE HACE DEL PP
O es más probable que lo seas. El dinero hace a la gente menos empática a las necesidades de los más pobres y los ganadores de la lotería no son una excepción. Incluso los que solían votar a la izquierda se vuelven cada vez mas conservadores, y la tendencia es mayor cuanto más han ganado.
"Cuanto más tienen es más probable que crean que 'la gente corriente ya recibe lo justo de la riqueza social", recoge un estudio de la London School of Economics. Quizá también unfluya el perfil medio del ganador: un hombre mayor que la media de la población con ingresos medio-altos.
9. EL BOTE TE HARÁ FUMAR Y BEBER MÁS PERO...
Nos encanta pensar que los que ganan la lotería se encuentran con un montón de problemas, que hay algún tipo de maldición unida al premio o que se arruinan porque no saben gastar. Un influyente estudio de 1978 analizó cómo fue el primer año de varios ganadores tras el premio y apoyó esas conclusiones. Pero el estudio era limitado.
Nuevos estudios han apuntado que no hicieron un seguimiento posterior, y esa es la clave. El primer año después de un cambio radical es duro: hay que tomar muchas decisiones, los familiares quieren imponer cómo manejar esa fortuna y aparece gente en la vida del ganador que sólo quiere pedirle dinero. Pero después de eso, todo es cuesta abajo.
Según un estudio realizado entre profesionales de Alemania, París y EEUU, los ganadores de la lotería suelen beber y fumar más, pero su salud mejora porque sufren menos estrés. Otro estudio sostiene que suelen ser gente calmada, sensata, equilibrada y feliz.
No hay una receta segura para ganar pero, si lo haces, esa sí es la receta de la felicidad o al menos de la tranquilidad.