¿Qué ha ocurrido para que Ucrania y Rusia estén al borde de la guerra?
Crimea en boca de todos. Esta República Autónoma cuenta con cierta autonomía dentro de Ucrania, pero depende de de las decisiones que se toman en Kiev.
Sus lazos con Rusia son estrechos. Perteneció a ese país hasta 1956 y actualmente un 97% de la población utiliza la lengua rusa, según el Instituto Internacional Sociológico de Kiev, recogido en Rusia Today. El 58% de la población es rusa, un 24% de ucranianos y un 12% de tártaros.
¿Qué ha pasado en los últimos días para que la tensión haya crecido tanto en la región?
El 18 de mayo de 2013 tuvieron lugar las primeras protestas contra la gestión del presidente Víktor Yanukóvich bajo el lema "Levántate Ucrania", cuya intensidad se multiplicó a partir de noviembre, cuando Ucrania dijo que no firmaría el Acuerdo de Asociación con la UE y que reforzaría en cambio sus relaciones con Rusia. La oposición convocó concentraciones que fueron multitudinarias.
Ante el aumento de las manifestaciones, la UE subraya que mantiene abierta la opción de firmar el acuerdo de asociación, pero rechaza la propuesta de Kiev de poner en marcha un diálogo a tres bandas con Rusia. Moscú, por su lado, asegura que no revisará sus acuerdos energéticos con Ucrania si firman el tratado con la UE.
Las protestas empiezan a tomar un carácter más violento en diciembre, cuando una multitud bloquea el Barrio Gubernamental de Kiev y tira una estatua de Lenin.
A finales de enero, con las protestas ya más violentas y enfrentamientos graves entre manifestantes y Policía,las manifestaciones se extienden a otras ciudades del país y la oposición asalta el edificio de los antidisturbios tras una tregua temporal.
Ante el aumento de las protestas, el Gobierno del primer ministro Nikolái Azarov dimite en pleno a finales de enero. El Parlamento deroga las leyes "mordaza" y, al día siguiente, aprueba la amnistía de los detenidos en las protestas.
Durante varios días parece que vuelve la calma a Kiev, pero es un espejismo. El 18 de febrero la ciudad vive los peores enfrentamientos desde el comienzo de la crisis. Los manifestantes intentan entrar en el Parlamento y atacan varios edificios, entre ellos la sede del partido de Yanukóvich.
La Policía asalta finalmente el campamento opositor de la Plaza de la Independencia y los choques se saldan con 25 muertos. Al día siguiente fracasan las negociaciones entre el presidente y la oposición para intentar poner fin a la violencia.
La violencia aumenta más y más y Yanukovich intenta ceder aprobando la restitución de la Constitución de 2004, que restringe los poderes presidenciales. Pero la oposición rechaza cualquier acuerdo que suponga la continuidad de Yanukóvich.
Los acontecimientos a partir del día 22 de febrero se suceden muy deprisa. Yanukovich abandona Kiev mientras los manifestantes toman las sedes del Gobierno y la presidencia, mientras Policía y Ejército se mantienen neutrales. La oposición toma el control del Parlamento, anuncia la destitución del presidente y ordena la liberación de la ex primera ministra, Yulia Timoshenko.
Mientras, Yanukovich denuncia un golpe de Estado y asegura que él sigue siendo el presidente de Ucrania, pero el Parlamento ya ha nombrado presidente interino a Alexándr Turchinov, mano derecha de Timoshenko, y convocado elecciones para el 25 de mayo. Turchinov anuncia nada más llegar al cargo que Ucrania retomará "el camino de la integración europea."
Rusia advierte de que "forzar a Ucrania a elegir" entre Bruselas y Moscú puede perjudicar su integridad territorial. El propio gobierno interino detecta "signos de separatismo" en algunas regiones.
Es entonces cuando Crimea se convierte en el foco de la tensión. La región es de mayoría prorrusa y allí tiene su principal base naval la flota rusa del Mar Negro. Putin, con las manos libres para actuar tras la finalización de los Juegos Olímpicos de Sochi, pone en alerta al Ejército en las zonas fronterizas con Ucrania. En Simferópol, la capital de Crimea, grupos anti y pro rusos se enfrentan en las calles.
La tensión va a más cuando, el pasado jueves, un grupo armado prorruso toma las sedes del Gobierno y del Parlamento autónomo de Crimea. Sobre los edificios oficiales ondean banderas rusas. Después, hombres armados, uniformados pero sin identificar, establecen controles en los aeropuertos de Simferópol y Sebastopol. Ucrania pide el amparo del Consejo de Seguridad de la ONU y acusa a Rusia de "invasión y ocupación armada" aunque Moscú niega la implicación de sus soldados.
Ante la escalada de tensión, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, avisa a Putin de que intervenir en Crimea tendría "un precio". Pocas horas después, Putin recibe permiso del Senado Ruso para desplegar tropas en la región.
La comunidad internacional se moviliza entonces. Los ministros de Exteriores de la Unión Europea convocan una reunión de urgencia para el próximo lunes en la que abordarán la situación en Ucrania, informa la agencia Reuters. Además, el Consejo de Seguridad de la ONU se reúne de emergencia para tratar la situación.El Consejo de la OTAN se reunirá el próximo lunes, según ha informado el ministro de Asuntos Exteriores en funciones del Gobierno ucraniano, Andriy Deschitsia.
Mientras, Ucrania mueve ficha y moviliza a los reservistas y pone en alerta a su Ejército, advirtiendo que la intervención de Moscú puede desencadenar la guerra.