El PIB creció un 0,3% en el cuarto trimestre pero bajó un 1,2% en el conjunto de 2013
Buena noticia para la economía española en el último trimestre del 2013, pero malas a nivel global. El Producto Interior Bruto creció en el cuarto trimestre un 0,3%, pero la tasa interanual cayó un 1,2%, según datos del Banco de España.
Según la entidad bancaria, esta caída se debe al "efecto arrastre" derivado del retroceso de la actividad a final de 2012. Eso sí, el Banco de España destaca que, durante 2013, la economía siguió una "mejora gradual" que le permitió salir de la fase de contracción en la que estaba desde principios de 2011.
Esto se produjo en un entorno de alivio de las tensiones en los mercados financieros, progresiva normalización de los flujos de financiación externa y de mejora de la confianza y del comportamiento del mercado de trabajo.
Por el lado del gasto, el Banco de España indica que la demanda nacional ha registrado en el cuarto trimestre un avance similar al de julio-septiembre, cuando creció un 0,3% en tasa intertrimestral, mientras que la demanda externa neta repuntó levemente, con una contribución nula al PIB.
BAJA LA DEMANDA NACIONAL
Desglosando los datos en tasa interanual, el organismo detalla que la caída del PIB del 1,2% en 2013 fue consecuencia del descenso de la demanda nacional, que cayó un 2,8%, a pesar de que esta variable fue reduciendo su ritmo de contracción a lo largo del ejercicio, hasta alcanzar pequeños avances intertrimestrales a partir del verano, por primera vez desde finales de 2010.
Todos sus componentes, según el análisis del Banco de España, mostraron una mejoría a medida que avanzaba el año, de intensidad mayor en el caso del consumo privado, que anotó variaciones positivas ya en el tercer trimestre. Por su parte, los componentes públicos del gasto aminoraron su contribución negativa a la actividad, tras la decisión del Consejo Europeo de junio de relajar el objetivo presupuestario para 2013, desde el 4,5% al 6,5% actual.
EL CONSUMO FAMILIAR CAE, PERO MENOS
En concreto, el consumo de las familias mostró signos de recuperación en la segunda parte de 2013, tras dos años de caídas, si bien en el conjunto del año habría caído un 2,4%, mientras que la inversión residencial siguió disminuyendo en los últimos meses del ejercicio, con descenso en todo 2013 del 8%. Como consecuencia de ello, la inversión en vivienda habría retrocedido por sexto año consecutivo y su peso en el PIB se habría reducido en algo más de un 65% desde 2006, hasta el 4,2%.
En cambio, la inversión empresarial se avivó moderadamente en el tramo final del año, aunque continuó observándose un comportamiento diferenciado entre sus dos componentes principales, ya que la inversión en bienes de equipo repuntó, pero no así la inversión en construcción, que habría caído nuevamente.