Los detenidos de ETA machacaron un pendrive, rompieron ordenadores e intentaron huir
¿Qué pasó entre el anuncio anticipado de la operación contra ETA hasta que los agentes finalmente la acometieron el pasado miércoles? Durante ese tiempo, los detenidos en el edificio que alberga el despacho del senador Iñaki Goioaga y de la abogada Arantza Zulueta "machacaron" un pendrive, escondieron otros en cojines, arrancaron ordenadores y tres de ellos intentaron huir alertados por la difusión prematura de una nota informativa de Interior.
Según explica el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el auto por el que ha enviado a prisión sin fianza a los ocho detenidos la pasada semana -que han comparecido este lunes en el tribunal-, un "posible error" en la comunicación del Ministerio del Interior, informando con antelación a los medios y vía Twitter del dispositivo, posibilitó que los arrestados destruyeran pruebas.
En concreto, explica que en la entrada de los guardias civiles al edificio de la calle Elcano de Bilbao, donde está el despacho del senador de EH Bildu y abogado de presos de ETA, Iñaki Goioaga, y el de una de las detenidas, la abogada Arantza Zulueta, los detenidos fueron sorprendidos en un "claro intento" de "ocultación y destrucción de evidencias".
Así, al contrario de lo que habían hecho en las 21 reuniones anteriores celebradas en ese lugar, "no aparecieron reunidos, sino dispersos, destruyendo documentos".
En el registro, dice el juez, encontraron "un 'pendrive' machacado conscientemente, otros escondidos en el interior de cojines de sofás conteniendo soportes informáticos con contenidos del KT (grupo de apoyo a los presos), ordenadores con cables arrancados o un churro o canutillo en papel cebolla conteniendo una comunicación de la dirección de ETA de diciembre de 2013 dirigida a sus militantes".
MOVIMIENTOS, ARRASTRE DE MUEBLES, INTENTO DE HUIDA...
Además, los agentes que les vigilaban detectaron, quince minutos antes de la hora a la que se debía llevar a cabo el registro, "movimientos rápidos" de los asistentes, arrastre de muebles, cierre violento de puertas y "el intento de tres de los finalmente detenidos de huir del local mientras otros dos vigilaban la calle".
A uno de los que huían se le incautó un pendrive con "documentos sobre la estructura de ETA para dirigir y controlar el frente de cárceles".
Por todo ello, el juez considera que las reuniones que allí celebraban eran clandestinas y "bajo la apariencia o cobertura de actividades falsamente profesionales o políticas" y que, además, todo indica que "este reducido grupo de miembros del KT, al margen de tener comunicaciones directas de la dirección de la ETA en la clandestinidad, contaba con un grado tal de autonomía" que era "como un brazo operativo más de la ETA misma".