La disputa por la ampliación del Canal de Panamá se convierte en un conflicto diplomático
Ya es una cuestión de Estado. Un conflicto diplomático entre dos países con más de 1.000 millones de euros en juego, así como la reputación de una de las mayores empresas del país y hasta la Marca España.
El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, aseguró este jueves que viajará a España e Italia "para exigir a sus gobiernos" que se cumpla el contrato de las obras de ampliación del Canal de Panamá, después de que el Grupo Unidos por el Canal (GUPC) haya anunciado su suspensión por los sobrecostes generados.
Como pasó con otros conflictos comerciales (el más reciente el de Repsol en Argentina), el contencioso ha trascendido el ámbito de lo comercial. También el Gobierno de España se ha movido en este caso.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y el de Fomento trabajan a través de contactos con sus respectivos homólogos en Panamá y con la empresa Sacyr para llegar a un acuerdo que ponga fin a este "desequilibrio comercial", según fuentes diplomáticas.
Asimismo, el embajador de España en Panamá, Jesús Silva, ha seguido el tema desde que este miércoles se anunciara la suspensión de las obras de ampliación del Canal de Panamá coordinando posturas para ayudar a conseguir una solución satisfactoria "para ambas partes", han recordado estas fuentes.
Por el momento, ningún miembro del Ejecutivo se ha manifestado al respecto y sólo portavoces y diputados han comentado su disgusto por el revés comercial.
NO SON "CUENTITOS"
Sacyr, por el contrario, mantiene su presión sobre la administración del Canal de Panamá. El portavoz de la empresa, Pedro Alonso, ha asegurado este viernes que las demandas que ha realizado el consorcio "no son ningún cuentito" y están "muy bien justificadas", en respuesta a declaraciones de Martinelli.
Alonso, en declaraciones a la cadena SER, ha subrayado que el Gobierno panameño sabe que "todo lo que se ha hecho en la obra es necesario" y que se han pasado "muchísimas cosas" que no estaban en el proyecto que se entregó al consorcio para ser desarrollado.
El portavoz de Sacyr ha insistido en que el rechazo de todas y cada una de las reclamaciones que está realizando el consorcio por esa asunción de extracostes "que no les corresponde" está generando una "tensión de tesorería y liquidez" que hará imposible seguir con las obras si el asunto no se soluciona.
"El consorcio ha hecho decenas de reclamaciones, muy bien justificadas, y no se ha concedida ninguna. Se está creando una tensión de tesorería y liquidez que no se generaría si se admitieran algunas de las reclamaciones", ha explicado.