La Policía detiene a un repartidor de butano que robaba tarjetas de crédito e información bancaria

La Policía detiene a un repartidor de butano que robaba tarjetas de crédito e información bancaria

EFE

De repente te das cuenta de que te están cargando pagos en tu cuenta que no has hecho. Te están estafando. ¿Quién puede haber sido? ¿Algún empleado del banco, un familiar despechado, un hacker informático? Pues es... ¡el butanero!

Esto les ha sucedido a los vecinos del sevillano distrito de Macarena. La Policía ha detenido a un repartidor de butano como presunto autor de 173 delitos y 194 faltas. El hombre aprovechaba que tenía acceso a los bloques de viviendas para robar tarjetas de crédito y otra correspondencia bancaria depositada en los buzones.

Según ha informado la Policía, posteriormente utilizaba la información obtenida para realizar reintegros en cajeros automáticos, cargos en cuentas corrientes, compras fraudulentas en Internet o contratar líneas telefónicas usurpando identidades.

El arrestado, de 37 años y natural de Rumanía, ha podido ser identificado tras llevarse a cabo multitud de pesquisas y diligencias de investigación, tanto en España como en otros países gracias a los protocolos de cooperación policial internacional.

Además de la detención, de manera simultánea se llevó a cabo el registro de su domicilio donde fueron recuperadas numerosas tarjetas bancarias de víctimas, un ordenador portátil, varios terminales de telefonía móvil, diversos dispositivos informáticos de almacenamiento de datos, un arma corta y una pistola simulada.

'MODUS OPERANDI'

El detenido era empleado en una empresa suministradora de bombonas de butano en calidad de repartidor. Aprovechando esta condición, cuando accedía al interior de los bloques de viviendas de su zona de reparto, se apoderaba de cartas que encontraba en los buzones de los propietarios o inquilinos residentes en la finca.

La Policía explica que, a través de los datos personales, el arrestado activaba las tarjetas de crédito sustraídas usurpando la identidad de sus titulares.

Luego llevaba a cabo reintegros en cajeros automáticos o cargos en la cuenta corriente de su legítimo titular. Además, compraba artículos a través de Internet, desde electrónica hasta recambios de automóvil, con cargo a esas mismas tarjetas, recibiendo los productos él mismo, sus familiares o conocidos en el extranjero.

También contrataba líneas telefónicas móviles que luego vendía a terceras personas o incluso la adquisición de aplicaciones para teléfonos móviles o tablets.