Crisis en la Casa Real: ¿Cómo están las monarquías europeas?

Crisis en la Casa Real: ¿Cómo están las monarquías europeas?

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Mal de muchos, consuelo de tontos, pero ¿está la monarquía española peor que las europeas? La imputación de la infanta Cristina por el caso Nóos ha añadido más leña al fuego que desde hace un año arde en Zarzuela y que se inició con la cacería del rey Juan Carlos en Botsuana.

Los escándalos de su yerno, Iñaki Urdangarin, y la supuesta amistad "entrañable" entre el monarca y la princesa alemana Corinna, han hecho que la imagen de la corona se haya debilitado hasta extremos históricos.

Uno de los últimos sondeos, publicado por El Mundo en enero de 2013, indicaba que la monarquía cuenta con el respaldo de apenas un 54% de la ciudadanía. Esto supone 26 puntos menos que su mejor valoración histórica. Además, otro sondeo publicado en junio de 2012, desvelaba que la mitad de la población apoyaba un referéndum sobre el modelo de Estado: monarquía o república. Además, la imagen del rey ya estaba deteriorada. En octubre de 2011, el rey suspendía en un sondel del CIS por primera vez con una valoración de 4,89.

¿Supone esto el debilitamiento de la monarquía como institución? ¿Existen escándalos similares en las monarquías europeas? Este es un repaso a la situación de las principales coronas del continente:

REINO UNIDO

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Una de las más antiguas y populares del mundo, el apoyo de los británicos al reinado de Isabel II alcanzó niveles récord de popularidad coincidiendo con el 60 aniversario de su reinado. El 69% de los ciudadanos creen que Reino Unido iría peor sin la monarquía.

El apoyo ciudadano a la corona británica viene de lejos, por la actitud de su padre, el rey Jorge VI, durante la II Guerra Mundial, durante la que decidió quedarse en Londres durante los bombardeos alemanes.

En el lado positivo de la balanza se ha añadido también el matrimonio de su nieto, el príncipe Guillermo, con Kate Middleton, una plebeya que ha conectado con el pueblo. El anuncio de su próxima paternidad ha contribuido a mejorar la imagen de la monarquía.

Imagen debilitada en gran parte por los acontecimientos ocurridos en los años 90 con su hijo Carlos y la fallecida Diana de Gales. Las infidelidades del hijo de la reina con Camila Parker Bowles y su sonado divorcio con Lady Di, provocaron grandes tensiones en la realeza. La muerte de Diana, todo un símbolo del pueblo, en agosto de 1997, fue la guinda a un pastel amargo para Isabel II. Su gestión de la situación, tan bien recogida en The Queen (2006), tampoco ayudó mucho.

La actitud del príncipe Henry, hermano del heredero, es otra losa a la popularidad de la realeza británica. Sus constantes salidas de tono (disfrazado de nazi un día; posando desnudo, al siguiente), le han convertido en otro elemento díscolo de la monarquía. A él se juntó, en mayo de 2010, Sarah Ferguson, duquesa de York, quien fue filmada por News of the World sobornando a un periodista a cambio de acceso a su exmarido, el príncipe Andrés. La duquesa tuvo que pedir disculpas por el escándalo.

Sin embargo, apoyado en su nieto Guillermo, la reina ha sabido darle la vuelta a esta situación y lograr el mayor respaldo popular en muchos años. A esto se suma la transparencia de la que hace orgullo la realeza británica, poco común en el resto de Europa. En su web oficial se detallan las cantidades recibidas (49 millones al año) así como los gastos que cada año se realizan en peluquería, limpieza, rehabilitación de palacios, etc.

SUECIA

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Una encuesta realizada en 2010 por el diario Dagens Nyheter mostraba que el 46% de la población sueca apoyaba a la monarquía frente al 25%, que se oponía. Tan sólo un 40% opinaba que la familia real estaba realizando una buena labor, frente al 28%, que pensaba que lo estaban haciendo mal.

Un sondeo que contrasta con el realizado un año antes por ese mismo medio, en el que la monarquía contaba con un apoyo del 74% frente al 19% que se oponía. El mismo porcentaje favorable apoyaba la sucesión en la princesa Victoria.

De hecho, en 1996, otro sondeo similar realizado por el Grupo de Investigación de Estudios Sociales y de Información (FSI, en sueco), mostraba un respaldo popular del 70% a la monarquía. Ese año, sólo uno de cada diez suecos se oponía a este sistema político.

DINAMARCA

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Sin duda, una de las monarquías más populares de Europa. En enero el año 2012, la reina Margarita II de Dinamarca contaba con un apoyo del 80%.

Se trata de la dinastía europea más antigua de todas, con mil años de existencia. La popularidad de su reina, de 72 años, se debe a su carácter y a su versatilidad: es diseñadora, coreógrafa, pintora y traductora. También a su transparencia, ya que se publica detalladamente en qué se gasta la Corona los 12 millones que percibe anualmente.

Los momentos más delicados de su reinado los ha vivido por los matrimonios de sus hijos. Primero, con su rechazo inicial al noviazgo del príncipe Federico, heredero a la Corona, con la abogada australiana Mary Donaldson. La pareja se casó en mayo de 2004.

Meses después, su otro hijo, el príncipe Joaquín, se separaba de la princesa Alexandra tras casi diez años de matrimonio. Se trataba del primer divorcio en la Corona danesa en 150 años.

BÉLGICA

En el año 2006, un sondeo revelaba que el 60% de los belgas apoyaba la monarquía, veinte puntos menos que en 2003, cuando ese apoyo era del 80%.

Alberto II de Bélgica siempre ha contado con un fuerte apoyo popular desde su acceso al trono, en 1993. Debido a la inestabilidad política del país, ha sido pieza clave en el sostenimiento democrático belga.

Con la llegada de la crisis, decidió cubrir él mismo los presupuestos asignados a la Casa Real para ahorrar gastos al Erario Público.

En el apartado negativo, tuvo que reconocer en 1999 una relación extramatrimonial con una aristócrata belga, después de que se publicara una biografía sobre su mujer Donna Paola. Lo hizo durante el discurso de Navidad de ese año, en el que también reconoció la paternidad de una hija con la aristócrata.

Otro escándalo lo protagonizó el príncipe Laurent, hijo menor de los reyes, quien se vio envuelto en un supuesto caso de facturas falsas y desvío de fondos públicos. Tras esto, viajó sin autorización del Gobierno a la República Democrática del Congo. Además, fue muy criticado por haber realizado varios viajes a Libia, donde se reunió con uno de los hijos de Gadafi; y por viajar por el mundo como presidente de una fundación privada mientras disfrutaba de una dotación pública.

HOLANDA

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Tres de cada cuatro holandeses apoya la monarquía y tan sólo un 15% es partidario de que el país pase a ser una República, según un sondeo de 2012.

Quizás ese apoyo se deba a que sus regentes abdican mucho antes que el resto. El último ejemplo, la reina Beatriz, que a sus 75 años abandonará el trono el próximo 30 de abril, el mismo día en el que cumplirá 33 años de reinado.

Fue la propia reina la que lo anunció en un discurso televisado el pasado 28 de enero. "La responsabilidad sobre nuestro país debe recaer en las manos de nuevas generaciones", dijo la regente. Su sucesor será su hijo, el príncipe Guillermo, de 45 años.

Se trata de la tercera abdicación consecutiva en la Casa Real holandesa. La madre de Beatriz, Juliana, abdicó en su hija en 1980. Ella, a su vez, había accedido al trono con la abdicación de su madre en 1948. Además, la llegada de Guillermo supondrá el primer rey varón desde la muerte de Guillermo III en 1890.

Pese a su alta popularidad, la corona holandesa no ha estado exenta de escándalos. Uno de los más conocidos lo protagonizó el príncipe Bernardo en 1976, padre de la reina Beatriz, cuando aceptó un soborno de 1,3 millones de euros de una empresa estadounidense de ingeniería aeronáutica a cambio de influir en el gobierno holandés para la compra de varios aviones de combate. Bernardo admitió haber aceptado tal dinero. Eso sí, lo hizo en una entrevista póstuma.

NORUEGA

Con un perfil bajo, la monarquía noruega cuenta con una gran aceptación por parte de la ciudadanía. Su regente es, desde 1991, Harald V, gran aficionado al deporte y la caza. Es, además, el jefe de la Iglesia noruega.

Su gran respaldo popular también se debe a que, como la casa real británica, es transparente con sus cuentas. Los 28 millones que recibe al año se detallan hasta lo más trivial: como los gastos en jardines, teléfono o electricidad. Además, esas cuentas se publican anualmente y pueden ser consultadas.

Pocos escándalos se conocen de esta familia. Quizás el peor momento llegó con el amago de renuncia al trono que hizo el príncipe heredero Haakon, ya que su padre le impedía casarse con Mette Marit, divorciada y madre de un hijo. Sin embargo, el enlace se produjo finalmente en agosto de 2001.

PRINCIPADOS Y DUCADOS

Las otras tres monarquías son las de Liechtenstein, Mónaco y Luxemburgo. Liechtenstein y Mónaco son principados, con un príncipe cada uno, mientras que Luxemburgo es un ducado.

Sin duda el principado de Mónaco es el que más titulares ha dado en las últimas décadas. El matrimonio de la actriz Grace Kelly con Rainiero III en 1956 y su muerte en accidente de tráfico en 1982, marcaron la historia de esta monarquía, más ligada al papel cuché que a los diarios de información política.

Con la muerte de Rainiero, en abril de 2005, su hijo Alberto se convirtió en príncipe de Mónaco. Alberto II contrajo matrimonio en julio de 2011 con la nadadora sudafricana Charlene Wittstock.

La muerte también se topó con la hija mayor de Rainiero, Carolina, cuyo marido, Stéfano Casiragh, murió en octubre de 1990 mientras participaba en una competición de embarcaciones de alta velocidad (Off-shore, en inglés).

Los escándalos llegaron de la mano de su siguiente marido, Ernesto de Hannover, muy aficionado a la bebida. También por parte de su hermana, Estefanía, y sus constantes divorcios.

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Jefe de Política de El HuffPost