8 de marzo: el día de la mujer en paro
Una dolorosa contradicción: el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, las oficinas del INEM están llenas de paradas. "Sácame así en la foto, con ojeras, para que todo el mundo vea lo jodidos que estamos en este país", pide María Montalbán, de 40 años, madre de una niña, licenciada en Márketing, y visiblemente agotada tras un año rogando por un puesto de trabajo.
El 25% de las paradas europeas son españolas, según el último informe del sindicato UGT. La última EPA señala que ya son 2.791.000 las mujeres en paro, lo que constituye un 26,55% del total. Con estas cifras no parece que haya mucho que celebrar este 8 de marzo.
El porcentaje de las mujeres desempleadas es mayor que el de hombres (25,58%). Aún así estas cifras presentan matices que las empeoran. Según Carmen García Cruz, técnico estadísta en UGT, si la tasa de actividad de las mujeres fuera similar a la de los hombres (más del 80% de los hombres busca empleo activamente sin plantearse otras alternativas, como cuidar de la familia), el paro femenino alcanzaría el 40%.
Muchas amas de casa han decidido buscar empleo para ayudar en casa ante la mala situación laboral de sus parejas, según asegura el último estudio de Adecco. Aunque no es el único motivo, es una de las razones que ha llevado a aumentar la tasa de actividad entre mujeres desde que comenzó la crisis. En 2002 se situaba en 42,7% y a finales de 2012 superaba el 53%, por encima de la media europea.
Belén de Rojas, es una de esas madres de familia que hace dos años comenzó a buscar trabajo. "Cuando mi marido, que es autónomo en la construcción, empezó a perder clientes decidí que tenía que hacer algo", explica a El Huffington Post. A sus 39 años, con dos hijos y titulada en FP de Administración de Empresas, Belén afirma que "si no tienes disponibilidad absoluta es muy complicado encontrar nada". Para esta vallisoletana, tener hijos es considerado por las empresas como un lastre a la hora de ofrecerle un empleo.
UGT señala otros factores que han hecho crecer la tasa de actividad femenina. "Cada vez hay más mujeres que terminan sus estudios y se suman a las listas del paro", explica García Cruz.
MUJERES MÁS PREPARADAS
Éste es el caso de Keisia Reyes. Nacida en Cuba hace 22 años, llegó a España siendo una niña, estudió Educación Infantil gracias a la ayuda de sus padres y becas estatales y se licenció en junio de 2012. "Sólo he podido hacer prácticas los últimos meses de carrera", explica Keisia. "Desde entonces no he encontrado nada, sólo cuido a niños de vez en cuando", añade.
En España el número de mujeres con estudios superiores es mayor que el de hombres. Cada día el sector femenino está más preparado. Sin embargo eso no se refleja en un mayor empleo. "Llevo un año en el paro y no encuentro trabajo. Soy licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y ni siquiera he pasado el proceso de selección para Mercadona. ¿Qué tenemos que hacer los jóvenes en este país para poder trabajar? Vivo con mi novio, que también está en el paro, y apenas nos quedan ahorros para seguir pagando el alquiler. Al final, nos tocará emigrar. No hay alternativa", explica Berta Escudero, de 26 años.
ES COMPLICADO CONCILIAR TRABAJO Y FAMILIA
La reforma laboral tampoco ha ayudado a las mujeres españolas. Los sindicatos denuncian que al facilitar el despido, los empresarios tienen menos dificultades para poner en la calle a una mujer si, por ejemplo, se queda embarazada. Esta práctica se puede denunciar, aseguran. Sin embargo, "un embarazo no te puede blindar en un puesto de trabajo", explica Carmen García, de UGT.
María Isabel García, de 29 años, es madre de una niña de 6 meses. Asegura que perdió el empleo de teleoperadora cuando su jefe se enteró de su embarazo. No fue despedida, simplemente la empresa dijo que no estaba dispuesta a renovarle el contrato porque no podía pagarle la baja por maternidad. Ahora su marido también está en paro y sólo les queda aferrarse a las ayudas y al subsidio por desempleo. "¿Que cómo vivimos? Estoy haciendo magia con los números, hasta el día que tenga que robar", explica dolida.
Pero el problema de las mujeres en el mercado laboral no termina cuando se abandona la cola del paro. La última encuesta de Estructura Salarial del INE, de 2010, sitúa la brecha salarial en el 22,55%. Es decir, una mujer tiene que trabajar 82 días más que un hombre para igualar su salario.
Respecto al conjunto de la población asalariada, tanto de trabajos a tiempo completo como de media jornada, el 15,5% de las mujeres, frente a un 6% de hombres, cobra menos del salario mínimo interprofesional (SMI), según pone de manifiesto el informe de CCOO Crisis y discriminación salarial de género.
LAS REINAS DEL TIEMPO PARCIAL
El 80% de los puestos de trabajo a media jornada lo ocupan mujeres, aunque también, cada vez aumenta más el porcentaje de féminas con jornada completa (ahora está en torno al 40% de las ocupadas), de acuerdo con el texto de CCOO. Una de cada cuatro mujeres que tienen este tipo de contratos asegura que lo prefiere porque le permite dedicar parte de su tiempo a las "obligaciones" familiares. En este caso se aprecia una diferencia clara entre hombres y mujeres: tan sólo el 2% de ellos alega este motivo para trabajar a media jornada.
En la mayoría de los casos, en ambos sexos, se trabaja a tiempo parcial porque no ha encontrado un empleo a tiempo completo.
El caso es poder trabajar. María Montalbán afirma desesperada que está "dispuesta a hacer cualquier tarea" mientras continúa con la incansable labor de encontrar un empleo: "Me levanto cada día a las siete de la mañana para entregar currículums".