Elecciones Galicia y País Vasco 2012: Galicia vuelve a salir al rescate de Rajoy

Elecciones Galicia y País Vasco 2012: Galicia vuelve a salir al rescate de Rajoy

La lectura en clave nacional de las elecciones celebradas en el País Vasco y Galicia este 28 de octubre concede un aire inesperado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Justo en el momento en el que más oxígeno necesitaba.

La caída de los populares en el País Vasco se daba por descontada. Por ahí no llega ninguna sorpresa. El PP de Antonio Basagoiti pierde tres escaños, pero hasta esa caída tiene una interpretación favorable: el PSOE de Patxi López se desploma, al pasar de 25 a 16 asientos en el Parlamento vasco.

En cualquiera de los casos, la victoria nacionalista —con el rotundo ascenso de Bildu— representa una enmienda a la totalidad al último lehendakari y al que fue su socio de Gobierno. Y pone encima de la mesa dos cuestiones que Rajoy deberá compatibilizar con la crisis económica y el más que probable rescate a España: el fin de ETA y la posible independencia de Euskadi.

Desde el primer momento, Génova había apostado todas sus fichas a Galicia. O todo o nada. No en vano fue la Comunidad que reflotó el liderazgo de Mariano Rajoy cuando más cuestionado se encontraba dentro de su partido tras perder las segundas elecciones generales frente a José Luis Rodríguez Zapatero. Galicia salió en su rescate y, ahora, le salva la cara tras diez meses de Gobierno de recortes y aniquilación de derechos sociales.

FEIJÓO, EL GRAN BARÓN

Rajoy coge oxigeno y no dudará en interpretar la victoria de Alberto Nuñez Feijóo —que gana posiciones dentro de la formación conservadora de cara un hipotético relevo de Rajoy como líder del partido— como un respaldo a sus políticas económicas y sociales. Leerá el triunfo como una cheque en blanco que le permitirá seguir acometiendo, a su manera, los recortes necesarios para reducir el déficit y sacar a España de la crisis.

El camino en Galicia es doblemente dulce porque representa también un batacazo para el PSdG, que se evapora como alternativa creíble de Gobierno al perder siete escaños: de 25 a 17.

No se han producido sorpresas, aún con el sabor amargo de las pasadas elecciones andaluzas. La victoria en Galicia es un triunfo glorioso y la derrota en el País Vasco ha sido dulce por previsible.

EL GRAN PROBLEMA DEL PSOE

Las elecciones en Galicia y Euskadi, que podrían haber significado un contundente toque de atención al Ejecutivo de Mariano de Rajoy y a sus políticas, representan en cambio un castigo electoral para el PSOE. Y en poco más de mes espera Cataluña. Con el liderazgo de Alfredo Pérez Rubalcaba cuestionado por su tibieza, la pérdida de 16 escaños en los dos comicios celebrados este domingo. Una hecatombe en cualquier circunstancia. Una sangría en el momento de la democracia en el que más necesario es una oposición fuerte.

El secretario de Organización del PSOE, Óscar López, trató de ser contundente al rechazar que Rubalcaba se haya planteado dimitir tras su fracaso electoral aduciendo que la Ejecutiva que dirige lleva sólo ocho meses y "trabaja todos los días" por el interés general del país. "Y lo va a seguir haciendo hasta el final", sentenció.

Muchos de los votantes no lo creen así. Los hechos, tampoco.

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