Astérix tiene nuevo dibujante para sustituir a Uderzo: por qué nada cambiará con Didier Conrad
El dibujante del 35º álbum de las aventuras de Astérix el galo, cuya publicación está prevista para finales de 2013, será Didier Conrad, que recoge los lápices de Frédéric Mébarki, según anunciaron el miércoles los responsables de las Éditions Albert René.
El guionista seguirá siendo el mismo: Jean-Yves Ferri, colaborador de los estudios Albert-René desde hace años y creador de Retour à la terre, con dibujos de Larcenet, y De Gaulle à la plage, del que presentamos aquí varios extractos:
Es decir, la decisión ya está tomada, los nombres de los autores escogidos para hacer realidad el 35ª opus de Astérix y la fecha prevista de aparición del álbum "son ya oficiales", subraya Ediciones Albert René en un comunicado. El título de esta obra tan esperada por todos los admiradores del galo irreductible no está aún elegido. La pareja Goscinny-Uderzo inventó Astérix en agosto de 1959. Desde entonces, ha vendido más de 325 millones de libros en todo el mundo y sus aventuras se han traducido a 111 idiomas, un fenómeno único en el mundo del cómic... junto con su rival Tintín.
Conviene que el autor tenga nervios de acero. En efecto, el dibujante en el que se había pensado al principio para el álbum número 35, Frédéric Mébarki, un autor de la casa que ya se ocupaba, en las Ediciones Albert René, de todas las imágenes de los productos derivados de Astérix, decidió tirar la toalla “porque sentía demasiada presión”, nos dicen en la editorial. Didier Conrad no quita importancia a la tarea que le aguarda: “Dibujar Astérix es para mí una aventura extraordinaria, un sueño de infancia que se hace realidad. Y es también una prueba constante para mis facultades de dibujante; no aspiro más que a estar a la altura”.
Con todo esto, ¿debemos temer por el futuro del pequeño galo? ¿Sus nuevos autores lo martirizarán? ¿Lo desnaturalizarán? ¿Puede ser que no le reconozcamos, bajo el lápiz de un dibujante nuevo? La respuesta a todo eso es "no", sin la menor duda, por varias razones.
Porque Albert Uderzo vela por sus intereses.
Al contrario de lo que ocurre con la mayoría de las nuevas versiones de cómics, en esta ocasión el autor original está todavía vivo y podrá controlar el trabajo. Y Albert Uderzo no dejará de hacerlo: "Aunque este nuevo álbum no sea ni de René Goscinny ni mío, estoy trabajando con complicidad y placer con estos dos autores", asegura. "Astérix debe seguir viviendo y solo lo podrá hacer si la gran familia que le representa continúa respetando sus valores".
El pasado mes de abril, declaraba a la agencia France Presse: "Yo controlo todo lo relativo al personaje de Astérix con sumo detalle, así como todo lo que se está haciendo para el próximo libro. ¡Y soy muy exigente!"
En general, suele ocurrir que, cuando el autor "organiza su propia sucesión", la transición se desarrolla con más fluidez. Morris, el creador de Lucky Luke, escogió con mucha antelación a sus sucesores y, al final, tenía una fe ciega en ellos. Otro ejemplo: Loisel soltó los lápices con los que dibujaba la serie de fantasía heroica "La búsqueda del pájaro del tiempo" para dedicarse al guión. Sin embargo, sigue supervisando el dibujo y haciendo la mayor parte de los story-boards (los croquis preparatorios) en los que luego se apoyan los sucesivos dibujantes.
En cambio, los herederos o la editorial de un autor que no haya dejado instrucciones precisas pueden ir demasiado lejos: bien presentándose como guardianes del templo y prohibiendo cualquier nueva aventura del personaje (como ha ocurrido con Tintín), bien, al contrario, vulgarizando o desnaturalizando en exceso el personaje por querer "modernizarlo".
El ejemplo más sintomático de este tipo de fallo es el álbum de Spirou y Fantasio Machine qui rêve. El botones inmortalizado por Franquin se convirtió en un joven que iba de un lado a otro en una novela policiaca carente de humor. ¡Sacrilegio! La continuación no vio jamás la luz del día y Dupuis no se atrevió a publicar nuevos Spirou y Fantasio durante 10 años.
Porque imitar no es nada complicado
Conociendo a Albert Uderzo, hay pocas posibilidades de que el nuevo dibujante pueda dar rienda suelta a su creatividad. Seguro que tendrá que atenerse a unas especificaciones muy concretas para respetar lo máximo posible la "mano" del maestro. No es casualidad que, anteriormente, se hubiera escogido a un autor del estudio Albert René.
¿Es fácil, para un dibujante, reproducir de manera idéntica los trazos de otro? La respuesta es sí. Numerosos ejemplos lo demuestran. Hace falta ser verdaderamente experto para distinguir el Lucky Luke de Morris del de Achdé, su nuevo padre adoptivo desde el fallecimiento del gran autor. Para leer una entrevista con Achdé en la que cuenta cómo se hizo cargo de Lucky Luke, pinchar aquí. Y he aquí la prueba en imágenes:
Pero no es el único ejemplo. Blake et Mortimer obtuvieron una segunda vida varios años tras la muerte de su progenitor, Edgar P. Jacobs. Un estilo imitado a la perfección por dos dibujantes reconocidos (André Juillard y Ted Benoit), un guión que contiene todos los ingredientes de los mejores álbumes de los espías del MI6, y ya está: desde entonces no ha decaído el éxito de la serie. He aquí debajo varios dibujos de personajes realizados por Ted Benoit:
Para el nuevo ciclo de “La búsqueda del pájaro del tiempo”, se ha llegado incluso a cambiar de dibujante con cada álbum nuevo, El primer tomo lo dibujó Lidwine, el segndo, Mohamed Aouamri, y el tercero, Vincent Mallié.
Porque un pequeño lifting nunca viene mal
Y aunque el dibujo cambiara un poco, ¿es que eso es malo? Existen numerosos ejemplos que prueban que los lectores no son refractarios al menor cambio de rasgos. Un ejemplo es el éxito de la pareja Tome y Janry en la serie Spirou pese a la desaparición del maestro Franquin, y otro más es el de los nuevos episodios de la serie "XIII", cada uno de cuyos tomos está realizado por una pareja de dibujante/guionista diferente y con estilos bien distintos; el quinto tomo se publicó en Francia el pasado 5 de octubre.
El gran Jean Giraud, alias Moebius, llegó a hacer un álbum de la serie "XIII" sustituyendo a William Vance sin que nadie se diera cuenta... Y el último ejemplo entre muchos otros son los álbumes de los "Mundos de Thorgal", que se desarrollan en el universo del vikingo más conocido del cómic.
Pero los ejemplos más notables de un personaje que logra seguir siendo actual gracias a la sucesión de autores debemos buscarlos al otro lado del Atlántico. Allí, los personajes no pertenecen a los autores, sino a su editor. Por ejemplo, Batman no tendría hoy tantos seguidores si el personaje hubiera seguido siendo el que creó Bob Kane en 1939. Cada autor ha aportado su toque personal, y la mayor revolución fue la que representaron Frank Miller, con su Batman Dark Knight y Batman Année 1, y la pareja Jeph Loeb/Tim Sale (en quienes se inspiró enormemente Christopher Nolan para realizar su trilogía cinematográfica).
BATMAN VU PAR LES PLUS GRANDS DESSINATEURS:
Porque lo más importante es el guión
Por supuesto, tenemos tendencia a centrarnos ante todo el dibujo, porque es lo que primero salta a la vista. Pero, a la larga, es el guión el que va a fortalecer o a deteriorar la imagen de marca de un héroe de cómic. Desde la muerte de René Goscinny, llueven las críticas sobre las historias concebidas por Albert Uderzo, dibujante de Astérix (con la notable excepción de La gran zanja).
En particular, el último álbum, El cielo se nos cae encima, sufrió ataques sin fin. El desprecio hacia la cultura manga y del cómic, las referencias pasadas de moda para un público joven (¿qué chico conoce hoy en día los diálogos de la película Le corniaud, con Bourvil et De Funès?), incapacidad de renovación... “Basta, por favor, no saquen ninguno más, detengan la carnicería, están asesinando a Goscinny”, escribía en 2005 un periodista de BDparadisio, una página de referencia sobre el cómic.
La llegada de Jean-Yves Ferri es, pues, una noticia excelente para el pequeño galo. Igual que el hecho de que Alain Chabat estuviera a los mandos de la película Astérix y Obélix: Misión Cleopatra hizo posible no traicionar el espíritu del cómic al tiempo que lo modernizaba.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia