Homeless Design: cómo unir artesanos y diseñadores para crear objetos con alma
Blanca, Carla y Beatriz son tres diseñadoras a las que no les ha dado miedo enfrentarse a la crisis y montar su empresa. "A pesar de la pésima situación económica por la que atraviesa España", dice la primera, madrileña de 27 años y co-fundadora de Homeless Design." Estas chicas llevaban meses con una idea en de la cabeza: conseguir fusionar lo tradicional de la artesanía con la modernidad de las nuevas tecnologías. Decidieron crear una plataforma online para dar visibilidad y poner en contacto a ambos colectivos.
"Nos dedicamos a organizar exposiciones por Europa con piezas de diseño. Todas son autoproducidas por los propios diseñadores quienes cuentan siempre con la colaboración de expertos artesanos", explica Blanca.
Pero la iniciativa empresarial de Homeless va más allá. Además de fomentar la colaboración entre el diseñador y el artesano, ofrecen a los consumidores la oportunidad de adquirir dichos objetos de diseño, "con alma", como los llaman estas jóvenes emprendedoras.
Las jóvenes apuestan por el concepto del "smart design", el diseño inteligente en todos los sentidos: "lo que queremos es que nuestras piezas se produzcan a pequeña escala, para que quien las tenga en su hogar sepa lo genuina y única que es. Esto no significa que tengan precios desorbitados por su exclusividad, como se ve en algunas tiendas de diseño, sino que sean objetos asequibles para los bolsillos de los consumidores", declara Carla.
A pesar de los innumerables quebraderos de cabeza para desarrollar y sacar el proyecto hacia delante su iniciativa vio la luz en enero. "Por el momento nuestro acceso al mercado es pequeño, acabamos de empezar, pero ya hemos contactado con varios artistas y artesanos del norte de Europa y Estados Unidos, a través de nuestra página web, para que puedan desarrollar sus productos".
Homeless Project from Homeless on Vimeo.
"Nos conocimos estudiando en el Istituto Europeo di Design, y fue cuando decidimos montar nuestra propia empresa de diseño. Sabíamos que iba ser muy difícil por varias razones, mayormente porque como no seas famoso o tengas mucho dinero, montar un negocio de estas características es complicado", explica Blanca.
No es casualidad el nombre con el que bautizaron a su empresa, que enaltece el concepto del "vagabundo". Carla, brasileña de 30 años, explica que querían "recuperar el talento y el trabajo de los artesanos, relegados algunas veces al olvido, y potenciar sus conocimientos con la creatividad y modernidad de los diseñadores".