La canciller Angela Merkel asegura que la "relación franco-alemana no es exclusiva"
El presidente de Francia, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, celebraron este domingo en la catedral de Reims el 50 aniversario del Tratado del Elíseo, con el que comenzaron las nuevas relaciones entre ambos países. Los dos mandatarios coincidieron en señalar que superar la crisis de Europa es una tarea "dura", pero aseguraron que supone también una "oportunidad".
La conmemoración del 50 aniversario de la reconciliación entre los dos estados ha estado precedida por la profanación de las tumbas de 40 soldados que murieron durante la Primera Guerra Mundial. Los hechos se produjeron en un cementerio militar a 40 kilómetros al este de Reims.
"Europa atraviesa un gran desafío que debe superar. La unión económica y política tal y como se concibió hace 20 años no es todavía lo suficientemente fuerte. Debemos rematarla a nivel político. Es un trabajo hercúleo, pero Europa es capaz", aseguró Merkel.
En un discurso pronunciado frente a la catedral de Reims, lugar donde en julio de 1962 el canciller Konrad Adenauer y el general Charles de Gaulle sellaron oficialmente la amistad entre ambas naciones, la canciller subrayó que la eurozona "puede salir más fuerte de esta crisis" si mantiene en mente que debe mantenerse unida.
RELACIÓN NO EXCLUSIVA
Merkel hizo hincapié, además, en que la relación franco-alemana "no es exclusiva" e invitó al resto de países a sumarse "para lograr una Europa fuerte que se base en sus valores comunes y ocupe con confianza el lugar que le corresponde".
Hollande, por su parte, destacó que 50 años después del gesto simbólico emprendido por los mandatarios de la época, "el desafío de Europa ya no es su reconstrucción, sino su transición", a nivel energético, industrial o ecológico, entre otros. "Compartimos una moneda común que hay que defender con reglas e instrumentos potentes, con políticas coordinadas. La UE atraviesa un desafío. No es el primero ni será el último, pero puede suponer un nuevo punto de partida", dijo en su intervención.
En ese desarrollo que, según Hollande, debe impulsarse "a un ritmo que tiene que acelerarse", hay que apostar por una alianza entre "competitividad y solidaridad, soberanía nacional y compromiso europeo". "No queremos dar lecciones, sino simplemente dar ejemplo", destacó el presidente acerca del papel que juegan sus respectivas naciones, sobre las que hizo hincapié en que no deben imitarse, sino "reforzar sus vínculos para ser más fuertes juntos".