El Rey visita Algeciras en medio del conflicto pesquero en Gibraltar
El Rey lleva a cabo una visita simbólica a Algeciras en apoyo de la labor que la Guardia Civil realiza en las aguas del Estrecho y a la de los pescadores gaditanos enfrentados con el Gobierno de Gibraltar, que desde marzo pasado pone impedimentos a que faenen en las aguas que rodean el Peñón.
Durante el viaje, visita las instalaciones de la Guardia Civil, ha embarcado a bordo del "Río Segura", buque insignia del Servicio Marítimo del Instituto Armado, y se reunirá con una representación de los armadores y pescadores que faenan en las aguas cercanas a Gibraltar.
La reunión se celebrará en la Comandancia de la Guardia Civil y, además de los representantes de las cofradías y asociaciones de pescadores y armadores de la zona, participarán en ella el secretario general de Pesca, el alcalde de la localidad y el subdelegado del Gobierno en Cádiz.
El propio Gobierno, por boca de su ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, erigido en portavoz de la política hacia Gibraltar, considera "un acierto" la visita del Rey a la Unidad de Vigilancia Marítima de la Guardia Civil en Algeciras en este preciso momento, cuando los pescadores de la zona aún negocian con el Gobierno del Peñón una salida al enfrentamiento que mantienen desde marzo.
La visita de don Juan Carlos a la Bahía de Algeciras se desarrolla una semana después de la que realizaron a Gibraltar el príncipe Eduardo de Inglaterra, hijo menor de Isabel II, y su esposa, Sophie Rhys-Jones, si bien la Casa del Rey subraya que el viaje del monarca empezó a prepararse antes de Semana Santa, el pasado marzo.
EL CONFLICTO CON LOS PESCADORES EN GIBRALTAR
El conflicto entre los pescadores con las autoridades de Gibraltar se remonta a marzo pasado, cuando el Ejecutivo de Fabian Picardo rompió unilateralmente el acuerdo que existía con los pescadores gaditanos desde 1999 y que les permitía faenar sin restricciones dentro de las tres millas que el Reino Unido y Gibraltar reclaman como aguas de su jurisdicción, siempre y cuando no se acercaran a menos de 225 metros de la costa.
Bajo el argumento de que quiere preservar la fauna marina, las autoridades gibraltareñas buscar imponer a los pescadores el cumplimiento de una ley medioambiental de 1991 o una nueva con restricciones sobre las artes de pesca.
Los pescadores españoles, apoyados por el Gobierno, se resisten a someterse a una legislación gibraltareña que tenga como ámbito de actuación unas aguas que España no reconoce ni a Reino Unido ni a Gibraltar pues no se cedieron por el Tratado de Utrecht de 1713.
Aunque España se ha quejado ante Reino Unido por la actitud de Gibraltar hacia los pescadores españoles, que sufren el hostigamiento de la policía del Peñón, apoyada en ocasiones por la Royan Navy, Londres mira para otro lado.
Es más, Reino Unido, al igual que Gibraltar, califica de "incursiones" la entrada de la Guardia Civil dentro de las tres millas que reclama como aguas territoriales. Recientemente el secretario de Estado de Defensa británico, Nick Harvey, advirtió de que la Royal Navy "continuará deteniendo y desafiando todas las incursiones marítimas que amenacen la integridad de las aguas territoriales británicas de Gibraltar".