25 razones por las que los niños se deberían quedar solos con sus padres
Cuando martirizas a los padres y haces que las madres desconfíen de ellos (aunque sea de broma), haces que la sociedad diga: ¡No dejes al niño solo con papá! Imagínate quién se tiene que cargar entonces con la presión de criar a los niños, con el trabajo y con todo. Pues sí, las madres.
Reírse de los papás porque son básicamente, niños grandes se ha quedado anticuado. Quizás todavía no te has enterado, pero últimamente los padres se están ganando el respeto, y no porque estén haciendo mejor las cosas, sino porque... bueno, igual la gente se pasaba un poco con nosotros.
En Buzzfeed no lo pillaron, así que sacaron este artículo tan gracioso titulado 24 razones por las que no se debería dejar a los niños solos con sus papás (en inglés). Aparte de que algunas fotos son muy divertidas, no explican ningún motivo por el que haya que culpar específicamente a los padres.
La cosa es que cuando martirizas a los padres y haces que las madres desconfíen de ellos (aunque sea de broma), haces que la sociedad diga: ¡No dejes al niño solo con papá! ¡Ya sabes lo que pasa luego! Imagínate quién se tiene que cargar entonces con la presión de criar a los niños, con el trabajo y con todo. Pues sí, las madres. Así que ya basta.
A raíz de todo esto, os presento las 24 razones (más un extra para los amantes de las madres) por las que los niños deberían quedarse solos con sus padres:
1. No nos hacemos los guays con los selfies
Porque sinceramente, si poniendo caras tontas puedes alegrarle el día a tu hijo, dejas a un lado tu orgullo y lo haces sin pensar.
2. Nos curramos la bolsa del almuerzo
Un trabajo increíble el de este padre.
3. Los bichos no nos dan miedo
Podría hacer alguna broma sobre lagartijas, pero prefiero reservármela.
4. Nos manejamos bien en el jardín
Y así les enseñamos a comer bien.
5. Hacemos las mejores fotos de familia
En serio.
6. No nos perdemos ni un partido
Aunque tengamos las dos piernas rotas.
7. Nos van las pelis en familia en la guarida
Porque una guarida no es lo mismo si no está la familia dentro.
8. Podemos esperar horas y horas para conseguir ponerte al lado del trofeo en la foto
Quizás ahora no te importe, pero cuando seas mayor, te encantará tener una foto así con tres generaciones.
9. La disciplina a veces está en el carácter
Claro que, todo lo que haga BatDad está en el carácter.
10. Para nosotros, el seguro médico, dental u óptico es una prioridad
Ya sabes a qué me refiero.
11. Nos gustan las manualidades
Pero no tanto como los superhéroes.
12. Lo damos todo al contar cuentos
Cualquier cosa es poco con tal de aderezar el cuento de antes de dormir.
13. Se nos cae la baba con nuestros hijos
Cualquier logro, grande o pequeño, es motivo de orgullo para un padre.
14. Somos la almohada perfecta
Y no se nos ocurre ir corriendo a Twitter para quejarnos y exigir una copa de vino.
15. No tenemos miedo
Cuando llega el bebé, nos lanzamos directamente a la piscina.
16. Somos las ruedecillas de apoyo
Hasta que aprendas a ir tú solito.
17. Dejamos las mejores notas
Puedes leer la entrevista (en inglés) que le hicimos a este padre si pinchas aquí.
18. No nos da miedo cogerte en brazos
Ni llevarte a todos lados.
19. Dejamos que los niños jueguen con nuestros antiguos juguetes
Pero cuando se vayan de casa, los juguetes volverán a nuestras manos.
20. Si hace falta, nos montamos con vosotros
Porque sabemos que significa mucho para ti, hijo.
21. Damos buenos consejos
A veces, tan buenos que acaban recopilados en un libro.
22. Damos conferencias acerca de cómo ser buenos padres
La solidaridad entre nosotros fluye. Foto del papá bloguero Lorne Jaffe.
23. Mostramos compasión
Desde BusyDadBlog: "Dijo '¡oh, es tan mono!' y se puso a acariciarlo. Obviamente, tuvimos que dejarlo ir".
24. Siempre te cogeremos
No solo cuando te caigas, sino también cuando saltes.
25. También honramos a nuestras esposas en las fotos
Porque si no las respetáramos, ¿por qué íbamos a estar criando juntos a nuestros hijos?
Tu turno, Buzzfeed.
Este post apareció por primera vez en 8BitDad.
Traducción de Marina Velasco Serrano