Vanity fake
La diversidad, queridos mass media, es vuestra asignatura pendiente. Tanto repetir empieza a resultar cansino y ofensivo. Las mujeres somos mucho más que un cuerpo. Los hombres son mucho más que una máquina de hacer dinero y de follar. Nuestro universo es mucho más rico que el que bocetáis. No cumplís las expectativas, no estáis a la altura.
Esta es una de esas imágenes que me encantaría someter a la prueba de los niños. De esas que estamos tan acostumbrados a ver que ni siquiera las vemos. Nuestras neuronas, esos seres azules con apariencia de pitufo que corrían de un lado a otro en Érase una vez la vida, entregan a nuestro cerebro el mensaje: hombre triunfador que mira al frente y mujer que le mira (a él) embelesada. Éste resuelve que no supone ninguna amenaza y lanza la orden: "Pasar página". Y es aquí, queridas y queridos lectores de la Vanity y similares, cuando los medios nos ganan la batalla. Ese simple gesto constata que la imagen ha conseguido reforzar una creencia establecida, también conocida como estereotipo.
Las imágenes nunca son inofensivas, siempre responden a algún tipo de interés. Las imágenes son poder. Tienen la capacidad de representar y hacer algo visible (esto lo saben muy bien los políticos y las marcas) pero también la de ocultar y hacer invisible.
Los mass media dan por hecho que la realidad es demasiado compleja para nosotros y nos la simplifican a través de los estereotipos. Algo parecido a la forma de hablar de los indios en las películas del oeste: "Mujer, bella, seducir, madre", "hombre, guerrero, dinero, poder". Hablándonos en este lenguaje se aseguran que nosotros, pobres ignorantes, les entendamos. El objetivo no es construir un público inteligente sino mantener a una masa homogénea que consuma y no reaccione, es decir, que pase página.
El principal problema es todo lo que dejan fuera de esta representación, lo que silencian. El conflicto que planteaba el vestido de Pedroche no era lo que enseñaba sino, precisamente, lo que ocultaba. Las mujeres llevamos siglos siendo retratadas como cuerpos bellos que atraen la mirada y no habría nada de malo en ello si esta imagen conviviera con otras formas de representación. A estas alturas de la vida nadie se escandaliza por ver a una mujer en tanga o en pelota picada, lo verdaderamente revolucionario habría sido que nadie reparara en su vestido ni en su cuerpo y que se hablara de sus aptitudes.
Lo mismo ocurre con esta portada del mes de febrero de la revista Vanity Fair. La estampa presenta a un hombre de éxito profesional y a una mujer, esposa y madre que sólo tiene ojos para él. En la entrevista, la cosa no mejora mucho, a él se le pregunta por su trabajo y a ella por sus hijos. ¿Por qué no hay más imágenes de mujeres relevantes por su trabajo en las portadas de las revistas?, ¿por qué no hay hombres embelesados mirando a esas mujeres?, ¿encontraríamos esta escena al revés en alguna revista masculina? (quizás la revista Esquire o el As nos puedan responder).
La diversidad, queridos mass media, es vuestra asignatura pendiente. Tanto repetir empieza a resultar cansino y ofensivo. Las mujeres somos mucho más que un cuerpo. Los hombres son mucho más que una máquina de hacer dinero y de follar. Nuestro universo es mucho más rico que el que bocetáis. No cumplís las expectativas, no estáis a la altura.
Como creadores de imágenes tenéis la responsabilidad de generar contenidos que, cuando menos, no nos insulten. Que no limiten nuestra libertad. Conocer el mundo a través de estereotipos es conocer una versión distorsionada e incompleta de la realidad. Tenemos derecho a una información plural y diversa, responsable, de calidad.
Como espectadores, tenemos la obligación de no pasar página y denunciar todo aquello con lo que no estemos conformes. Hoy tenemos muchos mecanismos para hacer llegar nuestra opinión, están los oficiales y están los de la vía rápida (internet y las redes sociales).
Las cámaras del móvil también ayudan, y seguro que a más de uno y de una se le ocurren unas cuantas versiones alternativas de esta misma portada. Os paso el testigo y la voz, abriendo el micro a los que quieran dar ideas para próximas portadas.
#vanityfake