Por unas fiestas libres de trols
Como todos los años he ido a la Plaza Mayor en busca del gorro perfecto para Navidad. Lo tenía decidido, iba con mucha ilusión, ya lo había imaginado. Estaba dispuesta a patear Madrid con mi gorro de trol... pero no lo he encontrado. Había cacas marrones, langostas gigantes y hasta ovejas de lana, pero de trol nada de nada. "¿Oiga, tiene la careta de monstruo que amenaza de muerte en las redes?". "No, pero tengo a Trump y a Hillary". "No me interesan, gracias".
Resulta sorprendente que hasta a las empresas de disfraces capaces de retratarlo todo se les esté resistiendo ponerles cara. Estos personajes campan a sus anchas en cualquier debate o discusión y puede que hasta estés compartiendo con uno tu colchón. Según estudios recientes la mayoría son hombres (aunque también hay mujeres), pero son difíciles de catalogar: no tienen los mismos rasgos físicos y ninguno se reconoce como tal. ¿Cómo saber si tu colega, novio o amante es un trol potencial? ¿Has notado sudores y alteraciones en tu ritmo cardíaco mientras dejabas comentarios en una red social? Aquí van algunas pautas para auto explorarse y poner remedio a este trastorno grave de personalidad. Si tienes alguno de estos comportamientos háztelo mirar ya.
Eres un trol si: sólo te movilizas para dejar comentarios negativos. No te quedas satisfecho con poner sólo uno, tienes que dejar muchos y seguidos (te va lo de acosar). Tus comentarios se basan en insultos hacia la persona, no en explicar tu postura sobre el tema. No respetas a quien no opina como tú, le amenazas y coaccionas para socavar su libertad. Jamás preguntas, sólo te pone atacar. Tu activismo es de clic y de sofá, aparte de protestar nunca has hecho nada más. Tu avatar es un personaje de ficción y tu nombre no es personal, no sea que alguien te pueda identificar. Nunca te sentarías con la persona a la que estás troleando para tomar un café cara a cara. Te escudas en la manada, en el foro o en el chat...
Para ser más precavidos también conviene analizar los contextos donde te los puedes encontrar. Normalmente se asocian a espacios virtuales, pero también proliferan en otros lugares. Su forma de actuar es parecida a la de los virus: buscan a una víctima, la atacan e invitan a otros a rematarla. El objetivo es intimidarte y silenciarte, para que acabes abandonando tu batalla o simplemente te vayas. Están repartidos por los sitios más variopintos:
Trol de Internet: es el más extendido. El caldo de cultivo de estos seres dañinos son los foros: Forocoches, Menéame, Burbuja.info.... Si tu amigo, pareja, amante o familiar tiene cuenta en alguno de estos foros sal corriendo de inmediato y borra tu huella digital.
Allí se jalean los unos a los otros y comparten datos personales sobre sus víctimas para organizar sus ataques colectivos. Algunos son cuentas falsas o incluso bots programados para dañar perfiles públicos y manipular la opinión. Con ellos conviven otro tipo que se conoce como los "trols pasivos": aquellos que no atacan directamente, pero disfrutan mirando y no hacen absolutamente nada para evitar el daño.
Trol de WhatsApp: el típico amigo pesado que acaba amargando la vida a todos con sus comentarios pero que nadie es capaz de echar del chat. Produce más pena que ira. Sus amigos le ignoran, intentan desviar el tema, pero él da la chapa cada vez que ve la oportunidad. Sus temas favoritos son la política, el feminismo, los deportes... No sabe que desde hace tiempo sus amigos han creado cadenas paralelas y al chat que él regenta lo llaman "la caverna".
Trol de los medios: son de los más peligrosos porque tienen altavoz e influencia. Van de independientes, pero lo único que buscan es fama y popularidad. Les reconocerás por sus titulares incendiarios, porque dan carnaza en lugar de información y porque son capaces de rastrear los lugares más recónditos hasta en furgoneta con tal de conseguir un poquito más de materia fecal. Cada vez que publican algo envían a cientos de trols a su víctima y su vida es tan aburrida que babean pensando en la visibilidad. Están dispuestos a lo que sea con tal de ganar unos cuantos likes (no deben saber aún que se pueden comprar por AliExpress y te llegan en un pis pas).
Trol de sobremesa: suele ser un familiar que disfruta atacando en las en reuniones de cumpleaños, aniversarios y en navidad. Su estrategia es sonreír todo el tiempo y sentarse en una esquina a esperar. Cuando por fin te relajas y estás con la guardia bajada (te acabas de comer un cocido completo y estás haciendo tu mayor esfuerzo para no cabecear) suelta su puñalada trapera y ¡zas!, empieza la verdadera fiesta. Te llueven palos por todas partes y te encuentras sin aliados, sólo rivales. Por un momento piensas en responder, pero es tal la pereza que te da que simplemente coges tu abrigo y te vas. Él creerá que te ha ganado, y tú sabes que tienes cosas mucho mejores que hacer.
Si has detectado que ese amigo/novio/familiar tuyo tiene un perfil similar, haznos un favor y díselo: "tío, tú no te ves, pero se te está poniendo cara de trol". Si estás siendo presa de uno o de varios centenares, no desesperes y no le des valor a sus ataques. Jamás contestes a los insultos, bloquea y protege tus redes (¿sabías que en Facebook se pueden filtrar los mensajes que incluyan insultos directamente?). Si la cosa se pone fea busca a grupos que te apoyen, denuncia en redes y en comisaría. Si estás siendo testigo de algún ataque ofrece tu ayuda, actúa y defiende, no te quedes de brazos cruzados. Recuerda que quienes miran y no hacen nada se convierten en trols pasivos... Casi sin que nos demos cuenta podemos estar durmiendo con nuestro enemigo.