¿Cuántas más deben morir?

¿Cuántas más deben morir?

Esta es la pregunta que lanzan al Gobierno las ocho mujeres que llevan más de una semana en huelga de hambre en la Puerta de Sol de Madrid. ¿Cuántas más deben morir para la violencia de género sea una prioridad en la agenda de Estado? ¿Cuántas más deben morir para que se tomen medidas eficaces para proteger a las víctimas y también a sus hijos/as? ¿Cuántas más deben morir para que se reconozca que las mujeres son asesinadas por su condición de mujer y no se trate como un caso de violencia más? ¿Cuántas más? ¿Cuántas?

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Esta es la pregunta que lanzan al Gobierno las ocho mujeres que llevan más de una semana en huelga de hambre en la Puerta de Sol de Madrid. ¿Cuántas más deben morir para la violencia de género sea una prioridad en la agenda de Estado? ¿Cuántas más deben morir para que se tomen medidas eficaces para proteger a las víctimas y también a sus hijos/as? ¿Cuántas más deben morir para que se reconozca que las mujeres son asesinadas por su condición de mujer y no se trate como un caso de violencia más? ¿Cuántas más? ¿Cuántas?

Desde que Gloria, Martina, Patricia, Marian, Susana, Sara, Sonia y Celia iniciaron esta huelga hace más de una semana han muerto 6 mujeres más. Son casi 800 las mujeres asesinadas desde que se aprobó la última Ley de Violencia de Género en 2004. 1 de cada 3 mujeres es actualmente víctima de malos tratos. Hay más víctimas de violencia de género que de terrorismo. Pero para los partidos políticos estas cifras parecen no ser suficientes. Tampoco importantes. ¿Habrá algún tope de muertes que les haga reaccionar y tomarlo como un problema real?

Es lamentable que nuestro Gobierno se cruce de brazos frente a las muertes de tantas ciudadanas.

Instaladas en el kilómetro cero de la capital, este grupo de mujeres ha dibujado un símbolo de la paz con zapatos rojos para solidarizarse con el sufrimiento que padecen las víctimas de la violencia machista: "Una vez que denuncias te quedas sin casa, sin comer y sin hijos. Es una forma de visibilizar la situación que viven las mujeres que denuncian". Están débiles. Ha llovido y nevado. Tienen frío. El cansancio se nota en sus caras pero se mantienen juntas cogidas de la mano. Cuando te acercas a hablar con ellas sus ojos se iluminan: "Es muy importante que estemos juntas, que haya sororidad, nosotras también hemos sido víctimas de malos tratos como lo son muchas mujeres. Nos tienen que ver unidas".

Ningún partido político se ha puesto en contacto con ellas, tan sólo se han acercado para intentar convencerlas de que se vayan a un albergue. Se rumorea que van a desalojarlas: las muertes no molestan pero ellas sí. "Esta campaña viene desde México y ya estuvimos 13 días el año pasado. Nos prometieron que se llegaba a un acuerdo y recogimos todo, pero al final no se hizo nada. Han muerto incluso más mujeres este año", relata Gloria Vázquez, presidenta de Ve-la luz, la asociación que ha impulsado esta iniciativa. Una de las personas que se ha acercado a hablar con ellas pregunta por qué no se está haciendo nada para terminar con este problema. "No se acaba porque es un negocio: los puntos de encuentro, las casas de acogida, los centros de menores no sirven. No hay una preocupación real por las víctimas. Se negocia con nuestras vidas y se está ganando dinero con el sufrimiento de los demás".

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Entre todos los carteles llama la atención uno en el que se recalca la condición femenina de las muertes subrayando la letra 'A'. Muchas personas no entienden que se haga diferencia entre los asesinatos a hombres y a mujeres. El término "violencia de género" se utiliza para referirse al maltrato que recibe una persona precisamente por su condición de género. De la misma forma que determinamos cuándo un crimen es racista u homófobo, porque entendemos que esa condición ha sido un desencadenante para el maltrato, también es justo identificar cuándo la causa es el género. Nombrarlo nos ayuda a identificar el problema y ponerle solución. Por eso, una de las peticiones que este grupo de mujeres recoge en su manifiesto es que haya una formación específica para jueces y fiscales y la creación de juzgados de violencia específicos para tratar estos asuntos. La formación para detectar y poder evaluar de una manera justa cada conflicto es fundamental.

Son muchas las mujeres y los hombres que se acercan a firmar y apoyar a estas mujeres en su mensaje. La violencia de género es un problema social que nos compete a todas las personas independientemente de nuestro sexo y posición social. Todas las mujeres somos víctimas potenciales de este tipo de violencia. Todos los hombres tienen familiares y amigas que también lo son. Es lamentable que nuestro Gobierno se cruce de brazos frente a las muertes de tantas ciudadanas. ¿Cuántas más deben morir para que nos tengan en cuenta? Dígannos una cifra: ¿cuántas?