El príncipe Guillermo se pronuncia por primera vez sobre Kate Middleton y se lía todavía más
No salen de una y se meten en otra.
La salud de Kate Middleton se ha convertido en un debate nacional en Reino Unido y casi en el resto del mundo. Hace unos días, la propia princesa de Gales tuvo que admitir que había manipulado una foto suya, algo que a su vez ha provocado teorías de todo tipo sobre ella.
Middleton salió a pedir disculpas públicas por "cualquier confusión" derivada de la fotografía familiar que difundió el pasado domingo la Casa Real, retirada por grandes agencias de su archivo tras constatar que estaba editada.
"Como muchos fotógrafos aficionados, a veces pruebo con la edición", dijo la esposa del príncipe Guillermo en una breve apunte compartido por el Palacio de Kensington. "Espero que todo el mundo haya tenido un feliz día de la madre", señaló.
Esta festividad fue el motivo elegido por la Casa Real para distribuir la primera imagen de la princesa desde la cirugía abdominal a la que se sometió a mediados de enero, de la que no han trascendido detalles pero que le ha mantenido lejos del foco público.
A la princesa, de 42 años, se la pudo ver este lunes saliendo de Windsor junto al heredero al trono, a bordo de un vehículo y rumbo al lugar donde se celebraba una ceremonia religiosa con motivo del Día de la Commonwealth. Middleton no asistió al acto, pero la Casa Real ha aclarado que tenía una reunión privada.
En esa instantánea se puede ver a la princesa de Gales mirando para el lado contrario a la cámara sin que se le vea el rostro, algo que ha generado todavía más rumores y teorías de todo tipo.
En vez de templar las aguas, el príncipe Guillermo ha generado todavía más revuelo por unas declaraciones este jueves en un acto mientras cocinaba unas galletas. "Mi esposa es la artística. Incluso mis hijos son más artísticos que yo", ha dicho ante las cámaras mientras dibujaba en el dulce.
Esto ha provocado numerosos comentarios de todo tipo y, como no podía ser de otra forma, ha copado las portadas de los tabloides británicos, que no comprenden este comentario en medio de una crisis de credibilidad tan grave como la que afronta la Casa Real británica.
