La sequía arruina el proyecto más ambicioso de Elon Musk en Europa
El magnate sudafricano tendrá que reelaborar su plan si quiere llevar a cabo su 'megaproyecto' en el Viejo Continente.
Se confirma que no este no es el mejor año para Elon Musk. El multimillonario y dueño de Tesla se enfrenta ahora a un nuevo hándicap que le impedirá -al menos por el momento- llevar a cabo el megaproyecto que tenía en mente en la región de Grünheide (Alemania).
A diferencia de otros problemas ante los que ha tenido que hacer frente, esta vez parece que será insalvable, ya que el responsable de este contratiempo es un factor incontrolable por el ser humano: la sequía.
La hoja de ruta de Tesla era clara, y hace tres años presentó un proyecto para levantar una megafábrica en la región alemana de Grünheide, cerca de Berlín, duramente golpeada por la sequía desde hace años. El principal problema es que los cimientos de la futura fábrica se levantarían sobre una zona que es de protección de agua.
Duplicar la producción de automóviles
La tendencia por impulsar la producción de coches eléctricos en Europa como método para reducir las emisiones de CO2 de los coches de combustión, fue visto por Musk como la oportunidad perfecta para expandir sus ventas y abrir un potente mercado en Europa.
El objetivo de esta fábrica en Alemania era el de aumentar la producción de coches de 500.000 a un millón al año, lo que se traduciría en más de 22.000 puestos de trabajo en el país germano.
Un proyecto que ahora se ve detenido tras la solicitud de la Agencia de Medio Ambiente del Estado de Brandeburgo, que se ha opuesto desde el primer momento al levantamiento de la fábrica y así se lo ha hecho saber al gobierno alemán.
Obstáculo "insalvable"
Las autoridades del país han definido esto como un obstáculo "insuperable" para dar luz verde al proyecto y considera "inadmisible" la construcción de la fábrica de baterías de los automóviles.
Pero esta historia no es nueva, ya que desde que se conoció la idea de Musk, numerosas asociaciones de vecinos y grupos ecologistas se posicionaron en contra desde el primer momento como consecuencia del elevadísimo consumo de agua que estas construcciones conllevan, algo que adquiere mayor gravedad en la situación de sequía continuada en el continente europeo.
A las protestas vecinales se le sumaron los de la Liga Verde y la Unión para la Conservación de la Naturaleza de Alemania, que interpusieron una querella contra la Oficina de Medioambiente de Brandenburgo al considerar que el permiso concedido a Musk por un período de 30 años para bombear acuíferos subterráneos fue ilegal.
Elon Musk continuará buscando el 'sí' en Europa
Por el momento, Tesla no lo ve como un problema real y afirman que "el agua del proceso de producción se recicla reconvirtiendo una planta ya aprobada para el tratamiento de aguas residuales. Además, estas plantas se colocarán fuera del área de protección de agua para futuras ampliaciones" fueron las palabras del portavoz de la empresa. Pese a ello, ya han informado que están trabajando en un nuevo proyecto y que presentarán la documentación modificada.
Ante este imprevisto, Musk ya se está moviendo, y tras consultar en Italia, Francia e incluso en España -que dieron la negativa al proyecto por el mismo motivo- continúa buscando una respuesta afirmativa en el Viejo Continente para expandir su marca y ampliar su producción.