Cuáles son las profesiones que ponen en riesgo ChatGPT y la IA
La inteligencia artificial genera numerosas dudas, entre ellas, si va a provocar que desaparezcan determinados puestos de trabajo.
La inteligencia artificial ha llegado para quedarse. Ésta la definía el prestigioso informático John McCarthy en 2004 como "la ciencia y la ingeniería de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de computadora inteligentes". Entonces, hablaba de ella como "una tarea similar de usar computadoras para comprender la inteligencia humana, pero la IA no tiene que limitarse a métodos que son biológicamente observables".
Aunque entonces se empezaban a esbozar los primeros modelos, especialmente en robótica, la situación ha cambiado.
El giro lo han dado los chats de inteligencia artificial como ChatGPT o Google Bard, chatbots automáticos que permiten tanto mantener una conversación sobre diversos temas como buscar información e incluso crear contenido.
Es precisamente en este punto en el que ha generado muchos miedos a distintos profesionales y profesores, que piensan que sus alumnos pueden utilizarlos para hacer trabajos académicos e incluso exámenes. Tanto que un estudiante de la Universidad de Princeton (Nueva Jersey, EEUU) ha desarrollado una herramienta para detectar su uso en trabajos académicos.
A nivel laboral no faltan las incógnitas y, aunque todo está en el aire aún, hay estudios que han analizado cómo afectará a distintas profesiones y cuáles serán las más afectadas:
Programadores informáticos o ingenieros de software
Tal y como apuntó Anu Madgavkar, socia del McKinsey Global Institute, en un artículo de Business Insider, estos empleos tecnológicos son "bastante susceptibles" de ser sustituidos. Debido principalmente a las funcionalidades para cálculos matemáticos y para programación de estos chats de inteligencia artificial.
Pengcheng Shi, decano asociado del departamento de informática y ciencias de la información del Instituto de Tecnología de Rochester se atreve en una entrevista con The New York Post incluso a poner una fecha estimada. "Los trabajos de diseño de software relativamente sencillos serán cosa del pasado para 2026 o antes", dijo Shi. A medida que pasa el tiempo, probablemente hoy o en los próximos tres, cinco, 10 años, esos ingenieros de software, si su trabajo es saber codificar… no creo que sean muy necesarios”, puntalizó.
Sin embargo, ambos expertos coinciden en que puede suponer una reinvención del trabajo para estos profesionales, que pueden adaptar dentro del desarrollo de estas aplicaciones de inteligencia artificial.
Redactores y periodistas
En lo que se refiere a medios de comunicación, la capacidad de redacción de artículos de ChatGPT y otros bots de inteligencia artificial puede poner en jaque a los periodistas, copys publicitarios y todo tipo de redactores de contenido. De hecho, hasta The Guardian publicó un artículo entero escrito por una IA.
Según un artículo publicado por The State University of New Jersey titulado Colaborando con ChatGPT: considerando las implicaciones de la inteligencia artificial generativa para el periodismo y la educación en medios la capacidad de escribir sobre temas concretos en base a conocimientos previos permite la redacción rápida de determinados contenidos, pero, según señalan, "todavía hay limitaciones: su alcance y profundidad de conocimiento y la incapacidad para pensar de manera crítica y creativa".
"Las plataformas pueden pasar la prueba de Turing y, por lo tanto, pueden representar una amenaza para los profesionales humanos con respecto a los trabajos, pero también pueden resultar una herramienta útil, especialmente cuando están en juego las limitaciones de tiempo y recursos", explican y añaden que pueden ser útiles a la hora de redacción de artículos concretos o de posicionamiento SEO, por ejemplo.
Los abogados y asesores jurídicos
Según un estudio publicado en Social Science Research Network, los abogados también podrían sentirse amenazados a la hora de redactar escritos legales en base a unas indicaciones, pero esto sería limitado.
En la investigación, que utilizó el propio ChatGPT, apunta a que las respuestas generadas fueron imperfectas y a veces, problemáticas. "El uso de una herramienta de inteligencia artificial para servicios relacionados con la ley plantea una serie de cuestiones normativas y éticas", señalan. Aunque admiten que sí que podría servir para ejecutar de forma distinta el trabajo en cuestiones sencillas y para abaratar los servicios legales.
Artistas y diseñadores gráficos
En este caso la aplicación DALL-E puede desarrollar diseños y visualizaciones de datos automáticas, lo que pone en peligro a artistas, diseñadores o infografistas. Otras apps de este tipo son Craiyon, Stable Diffusion y Midjourney, todas dedicadas a la generación de contenido visual.
En la investigación Rebooting, su autor Gary Marcus ponía sobre la mesa los beneficios de estas herramientas en el ámbito artístico, pero también las limitaciones.
"DALL-E probablemente se utilice mejor como fuente de inspiración que como herramienta para productos finales. Puedes decir algo como 'un barco en el mar, al estilo de Van Gogh', y obtener algo hermoso. Pero si quieres cambiar el producto final, tal vez a 'un bote en el mar pero con cinco personas en lugar de cuatro, con la persona más alta al frente y la persona más baja atrás, con el mismo bote, pero pintado de marrón, y un fondo ligeramente más oscuro', es probable que el sistema no entienda el idioma lo suficientemente bien como para cumplir con sus especificaciones exactas", ejemplifica.
Del mismo modo, entran en juego los derechos de autor. El CEO de Getty Images denunció al programa de inteligencia artificial por vulnerar el copyright de sus imágenes. "Copió y procesó ilegalmente millones de imágenes protegidas por derechos de autor", recalcó.
Taxis y transportes
En otro modelo diferente al de ChatGPT, la inteligencia artificial también se trasladará al mundo del transporte. "La IA tiene en cuenta los cierres de carreteras, las condiciones actuales del tráfico y las preferencias del conductor en cuanto a peajes y giros, pero el acto de conducir no cambia fundamentalmente", señalan en una investigación de la revista Harvard Business Review.
Sin embargo, esto también modificaría las profesiones existentes sin llegar a sustituirlas por el momento, ya que según indican en el artículo, empresas como Uber y Lyft lo empezaron a implementar y vieron que era más eficiente contar con un taxista o con un cálculo de ruta manual.