BQ se hunde tras tocar el cielo
Ya no fabrican móviles, ni en España -donde comenzó la andadura- ni en Vietnam -donde terminó-.
BQ comenzó su andadura con un éxito indudable. Sus primeros diseños propios en 2014 -antes trabajaba para Fnac- y su gran servicio técnico hicieron que creciese como la espuma. La demanda de sus smartphones no hacía más que aumentar y aumentar. Hasta que un día esa burbuja estalló.
Los empleados destacan que el ambiente era el idóneo, les dejaban participar en todo el proceso y trasladar las dudas a la alta dirección. Como recoge el medio tecnológico Xataka, “fue una época increíble, era impresionante trabajar en algo así desde España", explica uno de los trabajadores.
En mayo de 2014 salieron al mercado los primeros Aquaris personalizados y se decidió invertir en mejoras en los laboratorios, que dieron como fruto la construcción de una cámara anecoica o un microscopio gigante para medir en micras. Estos buenos tiempos dieron lugar a grandes campañas de publicidad, como por ejemplo, un anuncio dirigido por Álex de la Iglesia.
La gama M5 y el desastre
Después llegaron los M5 y M5.5: "Esas navidades fueron brutales, había gente que venía a preguntar por un iPhone y les acabábamos convenciendo para que comprasen un BQ", manifiesta uno de los trabajadores en declaraciones recogidas por Xataka. Pero pronto llegó el desastre. Estos modelos tuvieron problemas graves, como recalentamiento, pérdida de cobertura o errores en la pantalla.
Las consecuencias de estos errores en los terminales fueron inmediatas. Comenzaron las devoluciones y el servicio técnico tenía un volumen de carga casi imposible de manejar. Pero a largo plazo, las secuelas fueron mucho peores: "Había corrido la voz"
“Un hombre vino a devolver un M5.5 y le dijimos que hacía más de 14 días desde la compra, así que solo podíamos repararlo. Dijo que no quería otro BQ, que quería un Samsung y no pensaba enviarlo al SAT, que antes lo reventaba. Al final se fue sin estamparlo como amenazaba", relata un vendedor a Xataka.
A continuación, se comenzó a comercializar el X5, aunque no como a muchos vendedores les hubiera gustado: “El X5 por ejemplo funcionó bastante bien, era muy chulo, y las mujeres se llevaban mucho el modelo en blanco y oro rosa. Pero teníamos que dar salida al stock que nos iba llegando de M5”, relata.
Reducción de gastos y despidos
En 2017 todo se tornó a peor. Comenzaron los rumores sobre una posible venta de la empresa. Y, ese mismo año, surgió Xiaomi, que les desbancó por completo en ventas.
Ya en 2018 llegó el primer ERE y se comenzaron a cancelar proyectos de desarrollo y operativos. BQ dejó de asistir a ferias de tecnologías y su imagen comenzó a desaparecer. Hasta que a finales de ese año llegó la noticia: BQ dejaba de ser española para pasar a las manos de un holding en Vietnam.
Sin embargo, llegaron con la idea de terminar con BQ y promocionar VSmart, su propia marca de telefonía móvil. Pero la pandemia truncó todos los planes de esta empresa, que hizo que dejase de lado la fabricación de smartphones para seguir dedicándose a los coches o las motos.