Barcelona exhibe un novedoso césped anti sequía
Tiempo de tomar medidas ante un futuro incierto.
Cataluña vive uno de sus mayores momentos de escasez de agua en los embalses, con la situación dramática que tiene lugar en los sistemas de Ter-Llobregat que también afecta a la vasta área metropolitana de la capital catalana, una cuestión que se plasma en la reciente declaración de emergencia por sequía que ha aumentado las restricciones.
Se trata de unas prohibiciones o limitaciones que ya se habían lanzado el pasado año en distintas zonas, ante el estrés hídrico derivado de la acusada falta de precipitaciones que ha llevado no solo a España y a Europa, sino al mundo entero, a batir el récord de altas temperaturas desde que existen registros.
Con todo, ante un escenario incierto que podría verse agravado, llega el tiempo de tomar medidas pensando a medio y largo plazo. Prueba de ello es la iniciativa que está desarrollándose en Barcelona, con la instalación de una suerte de 'césped antisequía'.
Combinar césped natural y artificial
En este sentido, y según recoge el diario La Vanguardia, el Ayuntamiento de la Ciudad Condal está usando un proyecto pionero en la remodelación del parque de la Colònia Castells. Una experiencia piloto -de momento no es definitiva y está sujeto a cambios- que supone la creación de unos 800 metros cuadrados de césped natural, combinados con 750 metros de verde artificial.
La clave es que ambos tipos de césped se sitúan encima de una superficie que destaca por sus altos niveles de drenaje, lo que tiene por objetivo que ese agua se filtre a los acuíferos y así no perder agua en el proceso. Precisamente, esta es una de las principales necesidades de los terrenos, bien sea en el campo o en otros entornos, para poder recuperarse del estrés hídrico de los últimos años. En otras palabras, no vale solo con que llueva, tiene que llover de forma continuada y que esas precipitaciones se filtren a los acuíferos.
La otra clave de esta iniciativa en el césped, que conformará un gran círculo verde, es que habrá una zona de unos 9.600 metros cuadrados en los que se aplicará un pavimento poroso, especialmente diseñado para contribuir a que no se pierda agua.