Radiografía de la emergencia en Cataluña: la estrategia para hacer frente a "la peor sequía del último siglo"
La decisión anunciada este jueves por la Generalitat de Cataluña plantea muchas dudas. ¿A quién afectará? ¿Será efectiva? ¿Cuál es el estado real de los embalses?
Era cuestión de tiempo. La Generalitat de Cataluña se ha visto obligada a adoptar una drástica decisión, en pleno mes de enero, para hacer frente a la grave crisis en la que se encuentran los embalses de muchos puntos de la comunidad autónoma.
El Govern catalán ha declarado este jueves la emergencia por sequía en 202 municipios, entre los que se incluyen Barcelona y su área metropolitana o Girona y su entorno.
Un paquete de medidas de restricción del que se empezaron a conocer algunos detalles hace unos días y que, finalmente, tras la reunión extraordinaria de la Comisión Interdepartamental de la Sequía, se ha convertido en realidad.
La decisión ha sido anunciada por boca del propio presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, en una conferencia de prensa en la que también ha reconocido que se trata de "la peor sequía del último siglo".
Pero hay muchas dudas que necesitan ser aclaradas sobre las medidas que ha aplicado el Govern y, sobre todo, si serán efectivas para reducir el gasto superfluo de agua y que los embalses no acaben de la peor manera.
Qué implica la declaración de emergencia
El anuncio del Govern se produce tras una situación sin precedentes con el agua y es por ello por lo que, desde este viernes, 6 millones de personas se verán afectadas por las medidas implantadas.
Medidas que pasan por limitar un consumo máximo de 200 litros de agua por habitante y día en un total de 202 municipios que ya estaban en preemergencia.
Las restricciones de agua empezarán a aplicarse para el 80% de la población, con el objetivo de garantizar el abastacimiento doméstico para los próximos meses.
Una vez publicada en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC), la declaración de emergencia I afectará en primer lugar a los municipios de Son Corbera de Llobregat, Cervelló y La Palma de Cervelló.
Según recoge El País, estará prohibido lavar cualquier vehículo, salvo en aquellos que utilicen recirculación de agua. La limpieza viaria se llevará a cabo con agua freática, salvo si se produce por un accidente o hay un riesgo sanitario.
En el caso del riego de zonas verdes, se usará el mínimo indispensable, salvo en aquellos sitios que se use el agua regenerada para ello. En cualquier caso, deberá aplicarse en horas de "baja insolación".
Un paso similar al de los polideportivos. El riego que sea indispensable, pero tratarán de ahorrar, reduciendo el uso de duchas, que ha hecho que algunos gimnasios hayan llegado a plantear duchas de tres minutos.
Respecto a las piscinas, estará prohibido llenar total o parcialmente cualquier tipo. En el caso de las de las duchas de las playas o las fuentes, no funcionarán, como ya ocurrió el pasado verano.
Las sanciones a las que se enfrentan
En el caso de que alguien no haga caso a la declaración de emergencia, la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) ya ha impuesto multas a algunos municipios afectados por las restricciones en las últimas semanas.
En la Ciudad Condal, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) será el encargado de sancionar a aquellas actuaciones "incívicas con el agua" que no cumplan con el plan de sequía.
En el caso de que se lave el coche, se riegue el jardín o se llene una piscina, sin cumplir con lo fijado, las multas serán de 30, 50 y hasta 200 euros, en cada uno de los casos.
Aquellas sanciones que sean consideradas leves llegarán hasta los 750 euros, las graves ascenderán hasta los 1.500 y las muy graves podrían escalar hasta los 3.000 euros.
El "esfuerzo extraordinario" con las desaladoras
La situación es muy preocupante. Pere Aragonès ha reconocido que el agua de los embalses "ha bajado por debajo del 16%, el umbral que teníamos previsto para declarar la emergencia en el sistema Ter-Llobregat".
"Cataluña está sufriendo la peor sequía del último siglo. Arrastramos más de tres años en los que no llueve como el país necesita, pero durante todo este tiempo se ha estado actuando", ha señalado en la conferencia de prensa.
Pero el presidente de la Generalitat se ha mostrado optimista y ha asegurado que "superaremos la sequía y lo haremos gracias a la colaboración, al esfuerzo compartido, a la planificación ya las inversiones bien dirigidas".
Todo con un paquete de medidas en el que reforzará el uso de las desaladoras. Aragonès ha destacado en la rueda de prensa que antes de activar el Plan Especial de Sequía, las desaladoras, el agua regenerada, "suponía poco más del 15% del total de agua que llega a nuestras casas". "Hoy supone más del 55%. Ha habido un esfuerzo extraordinario", ha justificado.
Colectivos ecologistas critican la "mala gestión" con el agua
La decisión de la Generalitat no ha convencido a algunos colectivos ecologistas, sociales y vecinales. Según ha recogido Europa Press, agrupados en la campaña 'D'on no hi ha, no en raja', han criticado que la sequía "no es solo falta de lluvia, también es mala gestión".
En un comunicado que han leído este jueves, han recriminado la mala gestión del Govern en la aplicación del Plan Especial de Sequía, señalando que los datos de consumo de las actividades económicos con concesión de agua otorgada por la ACA no son públicas, por lo que "no hay forma de saber si el plan se está cumpliendo y si las restricciones son suficientes".
Estos colectivos han reprochado la "actitud interesada y partidista" que creen que han provocado las modificaciones del plan a la hora de relajar las medidas.
También han remarcado que, según el Índice de Explotación del Agua, Catalunya sobreexplota en un 31% su agua dulce disponible, lo que significa que "la demanda actual sobrepasa el uso sostenible de los recursos hídricos". Algo por lo que han pedido cambiar el paradigma de gestión, apostando por una "reducción progresiva comenzando por los sectores que más consumen".
Mientras las dudas se multiplican, el Govern ha adoptado una drástica decisión para tratar de paliar una de las sequías más duras que se recuerdan en Cataluña y que transformará, salvo que la cosa cambie, el consumo de los municipios afectados.