¿Es México un lugar seguro para viajar?
Esta es la pregunta que cualquier viajero se hace al momento de comprar un billete hacia un destino mexicano. Las incontables historias sobre violencia en México obligan a los visitantes a considerar si este es un buen lugar para ir de vacaciones, y ahora especialmente tras el ataque sexual contra seis turistas españolas en Acapulco.
Esta es la pregunta que cualquier viajero se hace al momento de comprar un billete hacia un destino mexicano. Las incontables historias sobre violencia en México obligan a los visitantes a considerar si este es un buen lugar para ir de vacaciones o incluso vivir. El último de estos sucesos ha sido la agresión sexual que seis turistas españolas sufrieron la madrugada del lunes en el puerto de Acapulco, donde un grupo de hombres armados y encapuchados irrumpieron en su bungalow para atacarlas.
Hasta hace dos décadas, Acapulco aún era conocido como un paraíso turístico al que iban a bañarse en sus playas igual estrellas de Hollywood que cualquier familia mexicana de vacaciones. En los últimos años, esta buena fama se ha transformado en la de una ciudad acorralada por los enfrentamientos de distintos grupos de crimen organizado. Las autoridades mexicanas han luchado por arreglar esta circunstancia, sin tener mucho éxito.
Este cambio ha llevado a aumentar la presencia de la Policía en la bahía principal de Acapulco (la zona más turística), pero permitiendo que los problemas de inseguridad lleguen a otros puntos en la periferia. La agresión a las turistas españolas ocurrió en la zona de Acapulco Diamante, un punto alejado de la bahía principal donde las empresas turísticas han construido complejos con acceso exclusivo y donde se le garantiza al viajero seguridad. Aunque en este caso, no existió.
El alcalde de Acapulco, Luis Walton, ha tratado de minimizar el suceso y ante la prensa ha intentado comparar a su ciudad con cualquier otra en el mundo. "Es muy lamentable lo que ha sucedido, pero, bueno, esto sucede en cualquier parte del mundo", ha dicho. Aunque Walton se ha disculpado, sus declaraciones reflejan la actitud de algunos cargos públicos en México que minimizan los incidentes violentos, cuando urgen medidas para proteger tanto a los ciudadanos mexicanos como a los visitantes.
El turismo en México representa un 8% del PIB y es uno de los sectores más afectados por la ola de violencia que desde hace más de seis años se vive en el país. Aunque el Gobierno mexicano ha trabajado en cuestión de promoción turística y protección de las zonas más visitadas, la inseguridad en su raíz sigue allí. El problema es muy complejo, tomará varios años disminuir los índices de crimen y otro tanto mejorar -no sólo la fama- si no las condiciones para que los turistas se sientan de verdad seguros.
El viajero extranjero que se dirige a México debe saber que no todo el país está lleno de actos violentos. Hay ciudades que aún viven con tranquilidad y donde los índices de crimen no son alarmantes. Hay calles en las que todavía se puede caminar sin miedo y cientos de sitios turísticos donde pueden pasar unas buenas vacaciones. Sin embargo, los visitantes deben guardar precaución sobre los lugares a los que van y el horario en el que lo hacen. Una visita planeada e informada puede hacerla más segura.
La agresión a las turistas españolas en Acapulco cambiará definitivamente la percepción que los extranjeros tienen del país. Sus gobiernos emitirán alertas para evitar viajes con sucesos como este y los viajeros pensarán dos veces antes de comprar un billete. México se recorre bajo algunas restricciones, lo ideal sería no tener que cuestionarse sobre ello.