Las utilidades de los parasoles del coche que no todo el mundo conoce
Sirven, principalmente, para que el conductor y el copiloto puedan evitar el sol de frente.
Hoy en día sería impensable comprar un coche que no llevase incluido el típico parasol que se despliega hacia abajo para evitar la exposición frontal de la luz. Sin embargo, no fue hasta mediados de los años 20 cuando comenzó a implantarse en los vehículos Ford.
El modelo Ford T fue el primero que salió al mercado con lo que hoy conocemos como parasol. Tenía instalada una visera en el exterior para proteger la luz solar a la altura de los ojos del conductor y su copiloto. Con el paso de los años, la compañía fue mejorando este extra hasta introducirlo dentro el vehículo y convertirlo en una visera desplegable como la que conocemos hoy en día.
Ha pasado cerca de un siglo y el artilugio no ha hecho más que ir modernizándose. Y, actualmente, incluye dos funciones que no todo el mundo conoce.
La primera de ellas, y la más utilizada en ocasiones, es un espejo frontal. En algunos modelos de coche se incluye también una luz para iluminar el espejo y poder verse bien. Para utilizarlo solo hay que levantar la pestaña que lo oculta.
La segunda es la opción de colocar el parasol en la ventanilla para evitar el sol por el lateral. Hay que desplegarlo para moverlo hacia el lado izquierdo o derecho -según sea el conductor o el copiloto-. Pero este mecanismo incluye una mejora más en algunos coches: una lengüeta lateral para extender, aún más, el rango de protección del sol.