Una investigadora descubre que los vecinos de España llevan 10 años distribuyendo una moneda falsa en secreto
Las variaciones permitieron al Estado ahorrar aproximadamente 654 kilos de oro fino.
Un descubrimiento inusual ha revelado que el Estado francés, en medio de la crisis financiera de posguerra, recurrió a una solución "ilegal" para estabilizar el mercado del oro. Según el especialista en metales preciosos Yannick Colleu, entre 1951 y 1960, el Ministerio de Finanzas, con el apoyo del Banco de Francia, ordenó la producción secreta de copias de monedas de oro de 20 francos, conocidas como "gallo", y las puso en circulación sin avisar al público.
En su libro L'Or des Français, Colleu explica cómo Francia enfrentaba una escasez de oro después de la Segunda Guerra Mundial, habiendo utilizado sus reservas para comprar municiones. La necesidad de mantener la paridad con el dólar bajo el sistema de Bretton Woods y cumplir con préstamos indexados al oro impulsó al gobierno a esta estrategia inusual. El entonces Ministro de Finanzas utilizó diseños de monedas acuñadas entre 1907 y 1914 y desmonetizadas en 1926 para crear copias, manteniendo todo en el más estricto secreto, a pesar de las reservas del Consejo General del Banco de Francia.
El Banco de Francia emitió un comunicado en enero de 1952, luego de que surgieran sospechas debido al brillo y color de estas monedas. Aunque los diseños de las copias eran casi idénticos a los originales, los expertos notaron que las nuevas monedas tenían un tono rojizo, resultado de una aleación con menor contenido de oro (897,3 milésimas en lugar de 900). Según Colleu, estas variaciones permitieron al Estado ahorrar aproximadamente 654 kilos de oro fino.
Más allá de las implicaciones monetarias, el especialista critica la fiscalidad actual sobre estas monedas, que considera "fichas" y que, según él, deberían estar exentas de impuestos hasta 5.000 euros. No obstante, el fisco aplica un impuesto del 11,5% sobre la reventa, tratándolas como moneda real. Arnaud Manas, del Banco de Francia, defiende esta decisión, afirmando que el banco reconoció estos "napoleones" como monedas, una gallina de los huevos de oro que aún sigue produciendo.