Un yacimiento histórico en Madrid con restos de cacería neandertal
Se trata del único vestigio de estas características y con esa antigüedad descubierto en nuestro país.
Un curioso nombre y decenas de miles de años de historia. La cueva Des-Cubierta es uno de los yacimientos arqueopaleontológicos más importantes de nuestro país y que esconde un universo de vestigios de más de 77.000 años de antigüedad.
Los numerosos estudios e investigaciones arqueológicas llevadas a cabo en esta galería, que cuenta con unos 90 metros de largo y unos cinco de profundidad, han demostrado que el Valle de la Higuera en Pinilla del Valle, sierra de Madrid, fue un campamento neandertal en el que vivieron 'nuestros' antepasados hace casi 800 siglos, como apunta el reportaje realizado por El Español.
A día de hoy es toda una referencia para entender y arrojar luz acerca de cómo vivía, comía, se comportaba y se relacionaba el Homo neanderthalensis. Pero no solo ellos, ya que milenios más tarde, este lugar fue repoblado y con ello, muchas evidencias quedaron en el olvido.
En este histórico asentamiento, convivieron y llevaron a cabo todo tipo de actividades de subsistencia estos individuos, ya que era el lugar donde fileteaban, comían e incluso asaban a grandes animales para poder sobrevivir, algo que se une a "la monumental de Pinilla del Valle", ubicado a pocos metros del valle y que demuestra la dimensión y el impacto histórico que tuvieron los neandertales en el lugar.
Los vestigios que más impactaron a los investigadores
Hace unos años se descubrieron hasta 37 cráneos de diferentes animales, algo que extrañó sobremanera a los investigadores, por lo que en primer lugar pensaron que sería un muladar, algo que fue descartado tras indagar un poco más y comprobar que los restos de estos animales no habían sido depositados al mismo tiempo, además del hallazgo de herramientas del Paleolítico.
Todo ello hacía indicar que esos restos contenían algún tipo de valor cultural, ya fuese para exhibirlos, con fines simbólicos o rituales, etc., algo que supuso una novedad para los investigadores ya que hasta la fecha no se tenía constancia de que el Homo neanderthalensis tuviera capacidad suficiente para atribuir valor o ideas a objetos.
Todo ello hace de este lugar único y especial, por la historia que guarda entre sus paredes, con la que se puede llegar a conocer lo más íntimo de estos individuos respecto a sus posibles creencias o maneras de comportarse, aunque por el momento es imposible descifrar su forma de pensar o cuáles eran sus motivaciones, siendo esto quizá la parte más complicada y desconocida del Valle de la Higuera, todo un símbolo histórico y arqueológico con el que muy pocos cuentan.