Un nuevo ser querido de la familia desplaza a los niños en la mayoría de las disputas por custodia compartida en los divorcios 

Las mascotas han pasado de ser simples acompañantes a convertirse en el centro de las disputas judiciales en casos de divorcio en España. Cada vez más, los tribunales deben resolver no solo sobre la custodia de los hijos, sino también sobre quién se queda con los animales de compañía. La reciente sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia Nº68 de Madrid es un ejemplo de cómo los jueces abordan estas nuevas cuestiones.

En el fallo, según recoge el blog de Confilegal, la jueza Carmen Martínez condenó a un hombre a pagar 600 euros a su expareja por impedirle ver a Heman, el perro que ambos habían adoptado en 2020. Aunque la pareja había acordado verbalmente una custodia compartida del animal tras su ruptura, el hombre rompió el acuerdo en 2022, lo que llevó a su excompañera a denunciar el incumplimiento. La jueza consideró que el sufrimiento de la mujer, que atravesaba problemas de salud y había quedado privada del contacto con su mascota, merecía ser compensado. El fallo establece ahora que la custodia de Heman se repartirá mensualmente entre ambos.

Este tipo de sentencias se han vuelto más comunes. En enero de 2023, la Audiencia Provincial de Vizcaya dictaminó que, en un caso de custodia compartida de un menor, el perro de la familia también debía permanecer en el domicilio familiar, asegurando así que la mascota acompañara al niño en todo momento. La presencia de Quico, el perro, en la vida diaria del menor se consideró esencial para su bienestar emocional.

Las pensiones de alimentos para mascotas también han llegado a los tribunales. En un caso en Pontevedra, el tribunal estableció que un hombre debía contribuir con 40 euros mensuales para el mantenimiento de la mascota de la pareja, además de compartir los gastos veterinarios. Este fallo, que equipara la manutención de los animales a la de los hijos, resalta el creciente reconocimiento de los animales como seres con derechos dentro de las estructuras familiares.

El debate legal en torno a las mascotas no solo se ha limitado a casos de custodia. En un caso que llegó hasta el Tribunal Supremo, una mujer solicitó que los gastos de sus dos gatos fuesen compartidos con su expareja. Aunque el tribunal desestimó la petición por haber sido introducida tardíamente en el proceso judicial, la discusión subraya cómo los animales de compañía se han convertido en un tema relevante en los litigios de divorcio.