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La ricachona española que espantaba a los joyeros por una obsesión: "Mi abuela escondía las perlas cuando venía porque no pagaba"

La ricachona española que espantaba a los joyeros por una obsesión: "Mi abuela escondía las perlas cuando venía porque no pagaba"

Las experiencias personales y de antepasados son muy reveladoras.

Imagen de archivo de una joyeríaGetty Images

La dictadura franquista se caracterizó por infinidad de aspectos negativos para millones de personas, malas prácticas en numerosos aspectos y en muchos casos, abusos de poder por parte de oficiales y personas cercanas al dictador.

Una de las historias que más se ha repetido durante décadas, tenía que ver con la mujer de Francisco Franco, Carmen Polo, a quien, en numerosas ocasiones se le acusó de aprovecharse de posición para 'tomar prestado' o mejor dicho, robar, en las joyerías de diversas ciudades de España.

Y es que, más que una leyenda, se trata de una historia que muchos de los herederos de los trabajadores de aquella época, pueden confirmar, basándose en las historias que sus antepasados le contaban sobre este asunto. Por todo el mundo era conocida la pasión de Polo por las joyas, pendientes preciosos y similares, y no menos conocida era su costumbre de no pagarlas cuando se llevaba alguna joya a casa.

Uno de estos episodios se produjo en Donosti, ciudad a la que acudía Carmen Polo con cierta frecuencia, y en donde en más de una ocasión decidió acudir a por joyas. Según relatan algunos propietarios de joyerías actuales -cuyos padres y abuelos trabajaban en aquel momento-, unos días antes de que Carmen Polo acudiera a la ciudad, algunas personas avisaban para que los joyeros estuvieran atentos y le regalaran alguna pieza única.

Según comentan algunos de ellos en declaraciones a La Razón, muchos decidían cerrar la joyería durante ese día a modo de prevención, y así no tener que pasar por el mal trago -y posibles consecuencias- de negarse a regalarle a Polo, también conocida como 'La Collares' las piezas joyeras que se antojara.

Cerrar o guardar las mejores joyas

En muchos casos, y de acuerdo con las declaraciones de numerosos joyeros, que trasladan sus recuerdos e historias al medio citado, afirman que allí por donde iba 'La Colalres', la mayoría de joyeros optaba por guardar bajo llave las mejores joyas y cadenas que poseía para así no tener que verse en la obligación de 'regalárselas' a Polo.

Uno de estos casos fue el de la joyería de Claudio Munoa, quien relata que su abuela estuvo atendiendo a Polo durante una jornada en Donosti, y al llegar a su negocio familiar, la mujer del dictador pidió algunas piezas, pero se encontró con la bravura y frialdad de la abuela de Munoa, quien le dijo que no le iba a dar ninguna perla, ya que las tenía "guardadas en el banco".

Pero tal y como él mismo informa, su abuela le aseguró a Polo que no iba a darle nada porque "no se lo iba a pagar. Que lo sentía" pero, en palabras de su nieto, debió pensar, 'esta no me saca ni un perla gratis'.