Un cazador sufre daños irreparables en las piernas por una bala perdida y ahora el juez multa a las herederas
El autor falleció antes de la publicación de la sentencia.

Una jornada de caza en una finca en la provincia de Ciudad Real terminó en tragedia. Durante la montería, uno de los participantes sufrió un disparo de rifle que le alcanzó las dos piernas. El autor del disparo, Victor Luis Ruesta, ya ha fallecido.
Según publica el medio Confilegal, después de cinco años, una magistrada del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Ciudad Real, ha condenado a las herederas de Ruesta, y su aseguradora, Mapfre, a pagar en forma de indemnización más de 97.000 euros. "El Tribunal considera que el disparo, aunque posiblemente rebotado, fue consecuencia directa de una imprudencia en el uso de arma de fuego".
Por su parte, la magistrada esgrime de toda responsabilidad a la empresa organizadora del evento: JL Organización y Gestión S.L., y a su aseguradora, Allianz, por considerar que "cumplieron con las medidas de seguridad exigidas por la ley".
En la sentencia, recogida por el medio especializado, la magistrada recuerda que de acuerdo a la ley, todo cazador está obligado a indemnizar los daños causados con motivo del ejercicio de la caza, salvo que se pruebe la culpa exclusiva de la víctima o fuerza mayor. "Ninguno de estos supuestos se dio en el caso del juzgado".
El tribunal dictamina que la responsabilidad "recae directamente en el autor del disparo y, por extensión, en sus herederas y su aseguradora". Además, confirma que "Ruesta incumplió las instrucciones expresas de los organizadores, que prohibían disparar 'a la contra' en el lugar donde se encontraban".
En en el día y lugar de los hechos, el atacante saludó a su compañero al iniciar la jornada de cada. "En medio de la acción, Ruesta disparó dos veces a unos jabalíes. Una de esas balas alcanzó a su compañero, destrozándoles ambas piernas".
La indemnización reconocida por el tribunal incluye: 18.145 € por lesiones temporales; 17.410 € por secuelas y perjuicio estético ―una cojera visible, cicatrices, daño neurológico―; 59.255 € por los ingresos que dejó de percibir mientras estuvo de baja; 1.702 € en gastos de desplazamiento a hospitales; y 746 € por la estancia de su esposa en Ciudad Real durante el ingreso.