El ‘taller’ que rompió las esmeraldas de 250.000€ que Juan Carlos regaló a Corinna

En el año 2011, y con el propósito de retomar su relación, Juan Carlos I regaló a su examante Corinna Larsen dos esmeraldas colombianas valoradas en 250.000 euros. Tenían un color verde brillante, una pureza extrema y forma de lágrima. Además, eran casi idénticas, lo que hacía que fueran piezas únicas en todo el mundo. 

Según desvela el libro King Corp. El imperio nunca contado de Juan Carlos I, las piedras preciosas salieron de la joyería madrileña Aldao, una de las principales proveedoras de relojes y joyas de la casa real desde hace años. 

Nada más recibirlas, Corinna supo que quería hacerse unos pendientes con ellas. Pidió consejo a una amiga experta en diseño de joyas y decidieron enviarlas a una de las mejores joyerías del mundo en Amberes (Bélgica). Como sabía que son unas piedras muy frágiles fue extremadamente cuidadosa al hacer el envío.

Sin embargo, los trabajadores del taller no lo fueron tanto. Unos días más tarde, le informaron de que durante el proceso de engarce de las esmeraldas en los pendientes, una de las piedras había quebrado y se había partido en trozos minúsculos. 

Le ofrecieron la posibilidad de pulir la zona afectada para que no se notasen los desperfectos. Eso implicaba pulir también la otra para que siguiesen siendo idénticas. La otra opción era sustituir las dos piedras preciosas por otras que tuvieran la misma forma y pureza. En ambos casos, el taller se haría cargo de cubrir los gastos, pero se necesitaba el justificante de compra para calcular el valor. 

El proceso no fue fácil, pues Juan Carlos había comprado las piezas sin dejar ningún tipo de rastro material. Así que optaron por volver a tallar las piedras como si nada hubiese sucedido. 

Safari en Botsuana 

Cuando ya parecía que todo se había solucionado, Juan Carlos se cayó durante un safari en Botsuana, rompiéndose la cadera y perdiendo su popularidad. Ahí fue cuando se conoció su relación con Corinna, por lo que se les obligó a marcharse de España y ambos rompieron su relación.

Ya en 2015, y con la relación terminada, Juan Carlos pidió a su joyería de confianza que recuperase las dos esmeraldas para integrarlas en su patrimonio de nuevo. El taller de Amberes no se opuso, pero alegó que las joyas solo las podía recoger la amiga de Corinna, que era quien las había entregado.

Larsen se negó a devolvérselas al emérito y se desconoce qué sucedió con ellas.