El balance de decapitados -Jordi y Oriol Pujol, Durán i Lleida, Rubalcaba, Madina, Pere Navarro-, neutralizados -Aznar-, destronados -Juan Carlos-, encarcelados -Bárcenas, Matas, pronto Fabra-, imputados -la infanta Cristina, Urdangarín, los 44 populares de la Gürtel, Magdalena Álvarez, quién sabe si pronto Manuel Chaves y José Antonio Griñán- y tambaleantes -Artur Mas- de este curso político que ahora concluye no tiene parangón en nuestra historia reciente. Tampoco la cosecha deemergentes -Pablo Iglesias, Susana Díaz, Pedro Sánchez, Alberto Garzón, el propio Felipe VI- que, con el nexo de unión generacional, están escalando posiciones de poder en un tiempo récord.