Se declara culpable de la muerte de un hombre, 37 años después de ser su niñera
La víctima, un joven con discapacidad que murió con 35 años, sufrió una hemorragia cerebral en 1984 como consecuencia del maltrato infligido por la ahora condenada.
Terry McKirchy, una mujer de 62 años que trabajó como niñera en Florida en 1984, se ha declarado culpable del asesinato de Benjamin Dowling, un joven con discapacidad de 35 años que murió en 2019, 37 años después de ser su niñera y de haberlo maltratado hasta hasta provocarle lesiones cerebrales graves cuando era un bebé.
El caso se remonta a 1984, cuando McKirchy zarandeó con violencia extrema a Dowling, que en ese momento tenía solo cinco meses de edad, provocándole una hemorragia cerebral. Rae Dowling, madre del fallecido, relató durante el juicio que al recoger a su hijo en casa de la niñera, observó que el bebé tenía problemas para respirar, por lo que lo llevó de inmediato al hospital. Una vez allí, los médicos concluyeron que la fuerte sacudida le causaron al menos una hemorragia cerebral severa.
Un juicio pendiente durante décadas
En 1985, Terry McKirchy recibió una condena de 60 días de cárcel y la libertad condicional después de, como ha ocurrido ahora, asumir su culpabilidad de los cargos de intento de asesinato y abuso infantil agravado. Una sentencia fuertemente criticada desde la familia del pequeño Dowling, quienes consideraron insuficiente la pena impuesta a la niñera.
Benjamin Dowling vivió el resto de su vida con una discapacidad causada por las lesiones que sufrió siendo un bebé. Su familia, en el transcurso del primer proceso judicial, en 2021, explicó que el pequeño nunca pudo gatear, caminar o hablar, y que su existencia estuvo marcada por las operaciones y los cuidados intensivos. Dowling murió en su domicilio familiar, en la costa oeste de Florida, el 16 de septiembre de 2019.
Nuevas acusaciones y extradición
En 2021, un jurado del condado de Broward, en el sureste de Florida, acusó a McKirchy de asesinato en primer grado después de que un informe del médico forense concluyera que las lesiones sufridas en 1984 provocaron directamente la muerte de Dowling. El informe clasificó la muerte como “homicidio”, lo que provocó la reapertura del caso.
McKirchy, quien en ese momento residía en Texas, se entregó voluntariamente a las autoridades y se enfrentó a los nuevos cargos en Florida tras su extradición. Al declararse culpable, reconoció su responsabilidad en la muerte de Dowling 37 años después de ser su niñear, lo que cierra un capítulo judicial largo y doloroso para la familia de la víctima.
