La polémica vinculada a España que pocos conocen sobre el gran escapista Houdini
Houdini fue desafiado a escapar de una camisa de fuerza mientras estaba suspendido boca abajo desde una grúa en la Plaza Mayor.
Harry Houdini, nacido como Erik Weisz en Budapest en 1874, es conocido mundialmente por sus increíbles habilidades como ilusionista y escapista. Su familia emigró a Estados Unidos cuando él tenía cuatro años, donde adoptaron el apellido Weiss. Desde joven, Houdini mostró un gran interés por la magia y el escapismo, inspirado por el mago Robert-Houdin, de quien tomó su nombre artístico.
Houdini comenzó su carrera en el vaudeville estadounidense y luego ganó fama en Europa, desafiando a las fuerzas policiales a mantenerlo encarcelado. Sus espectáculos incluían escapismos imposibles, como liberarse de cadenas, camisas de fuerza y cajas selladas bajo el agua. Su habilidad para escapar de situaciones aparentemente imposibles lo convirtió en una leyenda.
Una de las facetas menos conocidas de Houdini es su lucha contra el espiritismo. Tras la muerte de su madre, Houdini se dedicó a desenmascarar a médiums y espiritistas que afirmaban poder contactar con los muertos. Utilizando sus conocimientos de magia, Houdini revelaba los trucos utilizados por estos charlatanes, publicando artículos y realizando demostraciones públicas para exponer sus fraudes.
La conexión de Houdini con España es un aspecto poco conocido de su vida. Durante una de sus giras europeas, Houdini visitó España y se enfrentó a un reto particularmente peligroso en Madrid. En esta ocasión, Houdini fue desafiado a escapar de una camisa de fuerza mientras estaba suspendido boca abajo desde una grúa en la Plaza Mayor. El evento atrajo a una gran multitud y fue ampliamente cubierto por la prensa española. Sin embargo, lo que pocos saben es que Houdini también utilizó su tiempo en España para investigar y desenmascarar a varios espiritistas locales, lo que generó una gran controversia en el país.
Houdini también tuvo una relación complicada con su familia. A pesar de su éxito, su infancia estuvo marcada por dificultades económicas y la necesidad de trabajar desde muy joven para ayudar a su familia. Su apego a su madre fue una constante en su vida, y su muerte lo afectó profundamente. Este apego fue a veces calificado como “enfermizo” por quienes lo conocían.
A lo largo de su carrera, Houdini perfeccionó sus habilidades físicas y técnicas, entrenando rigurosamente para sus espectáculos. Su capacidad para contener la respiración y soportar el frío extremo le permitió realizar hazañas que parecían sobrehumanas. Houdini también fue un pionero en la autopromoción, utilizando los medios de comunicación para aumentar su fama y atraer a grandes multitudes a sus espectáculos.
Además de su carrera como escapista, Houdini incursionó en el cine y la aviación. Fue la primera persona en volar en el cielo australiano y protagonizó varias películas de acción. Sin embargo, su éxito en estas áreas fue limitado en comparación con su fama como ilusionista.
La muerte de Houdini en 1926 estuvo rodeada de misterio. Tras recibir varios golpes en el abdomen por parte de un estudiante universitario, Houdini desarrolló una peritonitis que finalmente le costó la vida. Su muerte dio lugar a numerosas teorías y especulaciones, especialmente debido a su reciente lucha contra el espiritismo y su promesa de intentar comunicarse desde el más allá.
Houdini dejó un legado duradero en el mundo de la magia y el escapismo. Su vida y carrera continúan siendo objeto de estudio y admiración, y su influencia se siente en la magia moderna. La conexión de Houdini con España, aunque menos conocida, es un ejemplo más de la amplitud de su impacto y la fascinación que sigue generando en todo el mundo.