Las tres Atlántidas reales: tres ciudades sumergidas bajo el mar que existieron y sus trágicas historias

Las tres Atlántidas reales: tres ciudades sumergidas bajo el mar que existieron y sus trágicas historias

La geomitología, una disciplina que estudia los mitos para descubrir eventos geológicos antiguos, ha revelado información valiosa sobre estas historias.

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La historia de la Atlántida, narrada por Platón, ha cautivado al mundo durante más de 2.300 años. Según el mito, en una noche de cataclismo, los dioses enviaron incendios y terremotos tan intensos que el reino utópico de la Atlántida se hundió profundamente en el océano, para no volver a ser encontrado jamás. Aunque muchos científicos creen que la Atlántida es solo un mito, hay otras historias de ciudades sumergidas que podrían tener una base real.

Una de estas historias es la de Thera, hoy conocida como la isla griega de Santorini. Hace unos 3.600 años, una erupción volcánica destruyó parcialmente la isla. Algunos creen que esta catástrofe podría haber inspirado el mito de la Atlántida. Platón vivía en una región volcánica y tectónicamente activa, donde los grandes terremotos y tsunamis eran comunes. Observó estos fenómenos y utilizó sus observaciones para hacer que su narración sobre la Atlántida sonara más creíble. Sin embargo, muchos científicos piensan que nunca sabremos la ubicación real de la Atlántida.

Otra historia fascinante es la de Teonimanu, una isla en las Islas Salomón del Pacífico Sur. Según la leyenda, un hombre llamado Roraimenu, enfurecido porque su esposa lo había dejado por otro hombre, compró una maldición de olas para vengarse. Viajó a Teonimanu con cuatro olas conectadas a la parte delantera de su canoa y cuatro a la parte trasera. Una vez en la isla, plantó dos plantas de taro y se retiró a su propia isla. Cuando las hojas brotaron, las olas atacaron Teonimanu, hundiéndola para siempre. Los geólogos creen que un maremoto arrasó con la isla, que estaba al borde de un precipicio submarino. Un gran deslizamiento de tierra arrastró Teonimanu bajo el mar, generando una cadena de tsunamis en el proceso.

La ciudad de Dwaraka, mencionada en antiguos textos sánscritos como el Mahabharata, también tiene una historia intrigante. Según el Mahabharata, Krishna decidió abandonar la ciudad tras una batalla victoriosa, y el mar Arábigo la absorbió. Durante mucho tiempo, se pensó que Dwaraka era solo un reino mítico, pero en 1963, una investigación arqueológica descubrió la ciudad intacta bajo el mar, en la costa de Saurashtra, en la India. Este descubrimiento sugiere que algunas leyendas pueden tener una base real.

Las historias de ciudades sumergidas no se limitan a estas tres. En Australia, las leyendas aborígenes hablan de tierras que se hundieron debido al aumento del nivel del mar. Hace unos 20.000 años, durante la última edad de hielo, el nivel del mar estaba 120 metros por debajo de su nivel actual. A medida que las temperaturas aumentaron, enormes masas de hielo se derritieron, elevando gradualmente el nivel del mar. Las sociedades aborígenes, que existieron en Australia durante cerca de 65.000 años, transmitieron historias sobre estos cambios a través de generaciones. Algunas de estas historias describen lugares que se sumergieron y nunca más volvieron a emerger.

La geomitología, una disciplina que estudia los mitos para descubrir eventos geológicos antiguos, ha revelado información valiosa sobre estas historias. Por ejemplo, la fecha de una erupción del volcán Nabukelevu en Fiji se determinó a partir de un mito local. Los mitos proporcionan una ventana a través de la cual estos eventos pueden ser redescubiertos y fechados. Aunque algunos científicos son escépticos sobre la capacidad de las islas enteras para deslizarse bajo el mar, los estudios realizados sobre el fondo marino de la región de Teonimanu sugieren que esto es posible.

Aunque la historia de la Atlántida puede ser un mito, otras leyendas de ciudades sumergidas podrían tener un fondo de verdad. Las historias de Thera, Teonimanu y Dwaraka nos recuerdan que la naturaleza puede ser tanto maravillosa como destructiva, y que las leyendas pueden ofrecer pistas valiosas sobre nuestro pasado geológico.