Pescan en el Ebro un monstruo de río de 80 kilos
Lo ha conseguido un pescador aficionado que, sin embargo, es un experto en este tipo de pesca.
Es posible que el navarro Francisco Mendoza Clavería nunca olvide la última visita al río Ebro, a su paso por Tudela, para disfrutar de una de sus aficiones: la pesca deportiva. De hecho, es posible que Mendoza haya roto todos los récords al capturar uno de los siluros más grandes de los que se tiene constancia en la capital de la Ribera.
No es la primera vez que este pescador aficionado saca del agua un siluro de gran tamaño. En abril de 2022 pescó otro siluro colosal que medía 2,10 metros de largo. Más de una año después, Francisco ha batido su propia marca al pescar un imponente ejemplar de 2,34 metros de aproximadamente 80 kilos, apunta la revista Jara y Sedal.
Tal como ha explicado Francisco Mendoza a Noticias de Navarra, al principio pensó que había enganchado a un carpín de tamaño modesto. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que estaba lidiando con algo mucho más grande, especialmente cuando el pez comenzó a tirar del hilo. Después de una lucha que duró más de una hora, logró sacarlo del río.
El siluro, conocido por el tamaño que pueden alcanzar, es una especie invasora que se introdujo en el río Ebro desde el Danubio o el Volga, en Europa central. Fue a principios de la década de 1970, en el embalse de Mequinenza, cuando los siluros iniciaron su nueva conquista con la ayuda del ser humano.
La falta de depredadores naturales y la temperatura del agua han permitido que la población de siluro en el río Ebro haya registrado un aumento considerable estos últimos años, lo que se traduce en un impacto sobre el ecosistema y el número de peces.
Tienen una esperanza de vida de más de 80 años y, aunque su dieta principal consiste en peces, también se alimentan de cangrejos, patos o ranas. Los investigadores señalan que, incluso, pueden atrapar palomas y ratas. Aunque pueden llegar a medir hasta tres metros y pesar alrededor de 150 kilogramos. No obstante, existen registros de los siglos XVIII y XIX que hablan de ejemplares aún más grandes, con pesos de hasta 375 kilogramos.
En Navarra, existe una regulación de 2015 que establece que los pescadores deben sacrificar los siluros que capturen en el río Ebro "en el momento de su pesaje", debido a que se trata de una especie exótica invasora. Así que el Francisco ya descansa en paz.