La ollas de barro resurgen como gran medida anti sequía
Tienen un nuevo uso: regar sin desperdiciar agua.
Tras convertirse hace muchos años en el mejor objeto para cocinar un buen puchero, las ollas de barro tienen una nueva utilidad: macetas para regar sin desperdiciar ni una sola gota de agua. Y, en tiempos de sequía, toda ayuda es buena.
Además de cavar pozos para encontrar agua o ir almacenando la de la lluvia, hay una "nueva técnica" que permite regar las plantas reduciendo al máximo el uso del agua. Se trata de las ollas o macetas de barro. Un objeto cotidiano que todo el mundo tenía antes en casa y que ahora recibe una nueva utilidad.
Las macetas de barro que se entierran son la mejor forma para mantener un huerto de una forma eficiente, ya que se ahorra mucho agua. Esta técnica, que reduce el estrés hídrico de las plantas, solo requiere de un recipiente de arcilla o terracota que sea poroso.
¿Cómo funciona?
Para ponerlo en marcha, solamente será necesario enterrar la olla cerca de la planta que se quiere regar. A continuación, comenzará el proceso de ósmosis y capilaridad. Al haberla llenado de agua, la arcilla porosa hace que el agua se vaya filtrando por los alrededores de las raíces. Así que cada vez que la tierra se seca, la planta va absorbiendo el agua que va necesitando.
Las ollas se pueden comprar fácilmente, pero los más atrevidos pueden, incluso, crearlas ellos mismos con sus manos. Hará falta una maceta de terracota -que no esté esmaltada ni teñida, ni tenga agujeros-, un plato de mayor tamaño que la parte superior de la maceta y las herramientas necesarias para cavar un agujero.
Se llenará la olla con un poco de agua y se dejará durante toda la noche para comprobar que no tiene fugas. Después se enterrará casi por completo, dejando que sobresalga unos centímetros del suelo. Y listo. Ya solo habrá que esperar a llenarla con agua de lluvia y poner un plato o una tapa para que no se salga el líquido.