Muchos apellidos de Murcia son de origen catalán y esta es la razón
El motivo se remonta a la conquista de la taifa árabe de Murcia por Jaime I de Aragón.
Vivir en la Región de Murcia y apellidarse Miralles, Guillamón, Reverte o Soler no es casualidad. Son apellidos muy comunes en la provincia y que demostrarían aun más el pasado catalán de los murcianos. Lo cierto es que el catalán y Murcia tienen más cosas en común que los apellidos, también el vocabulario que se utiliza cotidianamente. Gran parte deriva de la influencia que la lengua catalana tuvo sobre la Región desde el siglo XIII.
La presencia del catalán se remonta a la conquista de la taifa árabe de Murcia por parte de Jaime I de Aragón entre 1265 y 1266 en nombre del rey murciano Alfonso x el Sabio. Es debido a este motivo que los aragoneses dejaron un legado que dura hasta los actuales días gracias a la lengua, por lo que la presencia del catalán en la Región de Murcia se encuentra hasta en las palabras más cotidianas. Por ejemplo, algunas personas de El Carche se comunican con el dialecto valenciano. Gran parte de los que repoblaron la región eran catalanes por lo que durante un tiempo se convirtió en la lengua única en algunos de los pueblos.
Capaza, calentar, piñatas, zarangollo… son muchas de las palabras de la larga lista de vocabulario que dejó el catalán en Murcia. Además, el empleo del sufijo -ico también se debe a su influencia. Es más, hasta Ramón Muntaner, escritor de la Corónale Aragón, llegó a afirmar que en la ciudad de Murcia y en su reino “se habla el más bello catalán del mundo”. Muchos términos se aceptaron por la Real Academia Española—RAE— como murcianismos.
Una de las grandes pruebas del peso del catalán son los apellidos. Según Murcia Plaza, los historiadores indican que más del 40% de los pobladores del Repartimiento de Murcia procedían de origen catalán.
Algunos de los apellidos más comunes de la Región demuestran la influencia catalana. Estos son algunos como Guillamón, Riquelme, Puche, Noguera, Miralles, Ballester, Soler, Pujante, Guirao… que demuestran que hay menos diferencias de las que se suele creer.