Mis padres se mudaron a España y la pesadilla que protagonizaron acabó convertida en la mía
Unos 200.000 ciudadanos británicos mayores de 65 años viven en la Unión Europea, la mayoría de ellos en España.
Unos 200.000 ciudadanos británicos mayores de 65 años viven en la Unión Europea (UE), la mayoría de ellos en España, según la Oficina Nacional de Estadítica de Reino Unido. Esto significa, según el Migration Policy Institute, que alrededor de una cuarta parte de los británicos que viven en el continente son pensionistas.
Una mejor -y más barata- calidad de vida y la posibilidad de hacer rendir la pensión mucho más que en Reino Unido son algunos de los motivos por el que algunos deciden trasladarse. Sin embargo, los expertos advierten que la crisis en España va en aumento y los jubilados británicos no pueden acceder a los cuidados y al apoyo necesario a medida que envejecen lejos de sus familias, según avisa el medio iNews.
Steve Burgess, de Age in Spain, una organización benéfica nacional que ayuda a personas de habla inglesa y sus familias, explica que ahora reciben alrededor de tres consultas por semana de personas preocupadas por amigos o familiares mayores que viven en España.
Para Chloe (nombre ficticio), el hecho de que sus padres se mudaran a España cuando tenían 60 años ha causado tensión en su vida familiar en Gran Bretaña. "Entraron en quiebra en Reino Unido y les quitaron su casa y su negocio, por lo que ya no podían permitirse el lujo de quedarse", explicó al mismo medio.
A pesar de esto, asegura que "al principio todo iba bien porque podían permitirse vivir de la pensión estatal y pasarlo bien comiendo fuera y tomando el sol". A medida que han envejecido, sin embargo, se ha convertido en "una pesadilla".
"Han desarrollado graves problemas de salud y no podían entender lo que decían los médicos españoles. Hubo interminables retrasos en el tratamiento, por lo que papá tuvo que someterse a enormes operaciones", contó Chloe. Finalmente, la pareja regresó a Reino Unido para las operaciones y los tratamientos médicos, pero sin un lugar donde vivir allí, se acabaron mudando con sus hijos para realizar la rehabilitación.
"Se quedan conmigo durante meses seguidos, lo que genera tensión en mi relación y significa que me he convertido en el intermediario que habla con todos los médicos", expresó. La pareja también tiene que volver constantemente para los controles, que se cancelan con frecuencia, lo que genera un enorme gasto de dinero, que no tienen, en vuelos. "Quiero que sean felices y ahora lo son más allí", dice Chloe. "Para mí, sin embargo, ha sido muy duro", declaró.