Los veterinarios exigen dejar de criar los gatos de diseño sin pelo por graves deformidades y dolores horribles
"Un dolor y un sufrimiento inaceptables".
Saltan las alarmas por dos variedades concretas de los gatos sin pelo. Este tipo de mascota que con el paso de los años ha ido en aumento y se asocia a un animal exclusivo y raro se le han levantado voces en contra. No, si tienes un gato esfinge (Sphynx), la clásica raza canadiense en la que todo el mundo piensa cuando le hablan de un gato sin pelo, puedes respirar tranquilo. No pasa nada con tu amigo del alma -más allá del plus de cuidados que acompaña a esta raza-, el problema es con otras variedades.
Se trata de la advertencia formulada por la asociación británica The Cat Group que recoge en una información el medio Libertad Digital. Se trata de un colectivo que aúna a organizaciones de veterinarios y profesionales con actividad relacionada con los felinos, desde la que han mostrado su preocupación ante lo que está ocurriendo con la cría de dos tipos al alza en Reino Unido, los Bully y los Dwelf.
"Los gatos Bully y Dwelf sufren deformidades físicas, como falta de pelo y extremidades deformadas, entre otros defectos. La cría para la deformidad es poco ética y causa un dolor y un sufrimiento inaceptables", señalan desde el colectivo, de los efectos del diseño genético, por ejemplo de la segunda de estas variedades, que mezcla las patas cortas del Munchkin, con la carencia de pelo del Sphynx y la forma de la orejas de un American Curl.
Reclaman que detengan la crianza
En este sentido, desde la organización reclaman que se deje de promocionar su venta y que se detenga la cría, puesto que están generando gatos con problemas en su día a día: "Las articulaciones anormales son dolorosas y restringen la movilidad, lo que impide que estos gatos lleven a cabo comportamientos normales esenciales para su bienestar y su capacidad de vivir una buena calidad de vida".