Los agricultores asestan el golpe a las garrapatas con collares de perros

Los agricultores asestan el golpe a las garrapatas con collares de perros

El periodo de actividad de estos artrópodos está comprendido entre los meses de mayo a octubre.

Una ilustración de una garrapataGetty Images/Science Photo Libra

La garrapata está protagonizando multitud de noticias en las últimas semanas. Se ha activado alerta por un nuevo tipo de garrapata en algunas comunidades españolas, mientras que los expertos piden a las administraciones que tomen medidas ante este desbordamiento.

El periodo de actividad de estos artrópodos está ligado a unas condiciones ambientales determinadas de temperatura y humedad, por lo que el periodo con mayor riesgo y en el que se activa la vigilancia está comprendido entre los meses de mayo a octubre.

Además, una plaga de garrapatas ha invadido gran aprte de los campos y pueblos valencianos y muchos señalan como responsables a los animales silvestres de la zona, en especial a los jabalíes, pero también a los conejos, corzos y cabras montesas. Y esta situación la sufren, sobre todo, los agricultores, según ha reseñado el medio Las Provincias

El mismo medio resalta que esta situación ha ido a más en los último años y los agricultores explican que es raro el día que no descubren en su ropa o en su piel algún ejemplar de estos ácaros que pueden resultar muy peligrosos para la salud si logran su objetivo: morder para fijarse y chupar sangre para alimentarse, crecer y reproducirse.

Estos bichos son muchas veces vectores de propagación de graves dolencias, como la enfermedad de Lyme, la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, el tifus o la turalemia. Todas ellas, con distintas variantes, provocan una amplitud de síntomas, como fiebre, escalofríos, sarpullidos, dolores musculares y de cabeza, debilidad y cansancio extremo, rigidez articular, hinchazón de ganglios linfáticos, arritmias cardiacas, pérdida parcial de visión o diarrea.

Titania
Titania
Santander

Ante esto, se ha extendido entre los agricultores una práctica preventiva, según ha informado el mismo medio. Se trata de colocarse al menos en un tobillo un collar antiparasitario, como los utilizados por los perros.