Las tres funciones del 'bulto' en la base de las botellas de vino
A menudo pasa desapercibido, pero su utilidad va más allá de la apariencia.
Las botellas de vino tiene un detalle que a menudo pasa desapercibido. Se trata del pequeño espacio en su base, de la que no solo se suele desconocer su nombre, picadura o picada, si no que en muchos caso no se sabe qué función tiene.
Sin embargo, este 'bulto' posee una utilidad que va más allá de la apariencia. Las paredes cóncavas de las botellas permiten una distribución uniforme de la presión interna, por lo que, según ha explicado La Razón, si la base fuera completamente plana, la botella podría ser menos resistente.
Así, en situaciones extremas, podría incluso explotar debido a la acumulación de dióxido de carbono generado durante la fermentación, según ha resaltado el mismo medio.
Otra de las funciones esenciales de la picadura es permitir que los sedimentos se depositen en el círculo exterior del fondo de la botella. En los vinos que envejecen en la botella durante períodos más largos esto es especialmente relevando, ya que el hueco evita que estos sedimentos se mezclen con el líquido cuando se sirve el vino.
Este 'bulto', además, influye en la forma de servir el vino: insertando el dedo pulgar en la picadura al sostener la botella para lograr una mejor estabilidad al verterlo en la copa.