Las personas con este tipo de sangre envejecen más lentamente: "Estos hallazgos confirman la longevidad excepcional"

En los últimos años, varios estudios han investigado la relación entre los tipos de sangre y longevidad. Incluso algunos han demostrado que ciertos tipos de sangre pueden estar relacionados con una mayor esperanza de vida. Expertos japoneses determinaron en 2004 que los centenarios tenían más probabilidades de tener tipo sanguíneo B.

En declaraciones recogidas por la revista griega Iefimerida, Shimizu, líder de este estudio asiático, reveló que "nuestros hallazgos sugieren que el tipo de sangre B puede estar asociado con una longevidad excepcional". Sin embargo, recientemente, un estudio más completo analizó a más de 5.000 participantes para investigar la edad biológica de 11 órganos biológicos. 

En los datos recogidos por el medio, se confirma que el estudio "se centró en los niveles de más de 4.000 proteínas en el torrente sanguíneo y descubrió que el 20% de la población presenta un envejecimiento acelerado en al menos un órgano".  "Los participantes con tipo sanguíneo B no experimentaron un deterioro significativo".

Por su parte, Tony Wyss-Coray, de la Universidad de Stanford, ha pasado años explorando estos mismos misterios biológicos con un gran interés en el papel que juegan los factores sanguíneos en la vitalidad general. "Su investigación destaca cómo la sangre puede proporcionar pistas importantes sobre el desgaste de nuestro cuerpo a medida que envejecemos", confirma la publicación.

"Sólo alrededor del 10% de la población mundial entra en el grupo de los B", lamenta el medio. En cuanto a los motivos por los que este tipo sanguíneo promueve la longevidad, los investigadores sugirieron que "la clave puede estar en la capacidad de las células para regenerarse y gestionar el estrés metabólico". "Es posible que el tipo de sangre B ofrezca una mejor defensa contra ciertos tipos de estrés que aceleran el desgaste de los órganos, pero también puede haber alguna correlación, como mejores mecanismos de reparación y regeneración celular", revela. 

Aunque el tipo de sangre puede afectar a la longevidad, no es el único factor determinante. La genética juega un papel importante, pero el estilo de vida y la dieta también son cruciales. "Los expertos en salud recomiendan una dieta equilibrada, ejercicio regular y una buena gestión del estrés para mejorar la calidad de vida y aumentar la esperanza de vida", reza la publicación. Además, hay que tener en cuenta los factores ambientales y sociales.

De acuerdo a la publicación, comprender cómo los diferentes tipos de sangre responden al envejecimiento y al estrés metabólico podría ayudar a desarrollar estrategias más efectivas para mejorar la salud a lo largo de la vida. Por tanto, "los descubrimientos podrían tener implicaciones significativas para la medicina preventiva y personalizada", tal y como concluye la publicación.